1. La evolución de Ana (1)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Hetero Autor: vladi, Fuente: CuentoRelatos

    Consultando Internet descubrí algo de lo que había oído pero que no me había llamado particularmente la atención: el cruising. Leí en qué consistía y me atrajo. En varios de los artículos se decía que se practicaba en lugares abiertos, al aire libre en los pinares de un pueblo cercano a la capital en que vivo, lo que lo hace especialmente agradable y pensé que podía tratar los inicios de la rutina en la relación que mantengo con Juan algo más de un año. Parecía interesante tener aventuras sin ataduras con personas distintas, con emociones y actitudes nuevas, así que me decidí y una mañana salí del trabajo a darme una vuelta por los pinares y pude ver que efectivamente por allí se cocía algo de manera muy discreta. No hice nada porque iba de observación, pero tomé buena nota.
    
    Días después volví al pinar no a mirar sino a participar, aunque sin vestirme de mujer; me entraron tres tíos, pero no me gustaron y no pasé a mayores. En todo caso los tíos eran más bien maduritos, bastante bien educados, de buen nivel y que no se andaban con bobadas, desde el principio decían bien claro lo que buscaban.
    
    Una semana después y dado que estaba libre en el trabajo me acordé del asunto del pinar, estuve pensando que hacer y decidí lo que más me gusta, vestirme de golfa y salir así por primera vestida fuera de casa. Estuve pensando cómo hacerlo para no llamar la atención al conserje ni a los vecinos con los que pudiera cruzarme. Decidí ponerme una blusa negra trasparente de encaje, ...
    ... tanga, liguero y medias negras y en una bolsa de deporte metí mi estrecha minifalda, un sostén negro con relleno, una caja de condones, barra de labios, pañuelo para la cabeza, toallitas higiénicas para limpiarme si llegaba el caso, leche desmaquilladora y unas botellas de agua. Encima me puse un chándal y me di sombra negra de ojos que oculté bajo unas gafas negras de sol. Bajé al garaje bastante excitado como suelo ponerme cuando me visto de mujer y conduje hasta el pinar. Llegué a media mañana, busqué un lugar apartado me bajé del coche me quité el chándal, me puse el sostén, la minifalda, me pinté los labios de rojo y me puse el pañuelo rosa a la cabeza anudado como un campesina rusa y a todo esto con un buen bulto en el tanga que no había bajado desde que me vestí en casa.
    
    Ya llevaba bastante rato y veía que no se iban a cumplir mis expectativas y las ganas se iban diluyendo, cuando apareció un coche con un tío que me pareció que era lo que iba buscando. Era mayorcito, con algo de aspecto de pueblerino y, por lo que parecía, no muy alto. Aparcó paralelo a mi coche y me miró con cierta timidez. Pasado un rato y sin que la situación cambiara, decidí tomar la iniciativa. Le sostuve la miranda y le tiré un beso soplando en la mano y sonriendo, el tío me devolvió la sonrisa, pero todavía tardó un poco en bajarse de su coche y venir hacia mí.
    
    Pude ver que mi valoración inicial era buena, más bien bajito, con aire de paleto, pero con buen nivel fácilmente dominable por mí. Yo ...
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