1. Descubierto


    Fecha: 17/06/2019, Categorías: Masturbación Autor: jostatan, Fuente: RelatosEróticos

    ... los ojos cerrados y mordiendo sus labios hasta que al fin todo yo, estaba dentro de toda ella. Abrió los ojos y otra vez conjurando la mayor calma posible me miró con ojos desafiantes, como si me dijera: "Dame todo lo que tienes. Hazme gritar, si acaso puedes".
    
    No podía pensar más, ni en ese momento durante el cual el vídeo fue filmado ni mientras me masturbaba, ese pequeño acto de rebeldía, esa mirada, había desencadenado en mi un deseo incontrolable, solo quería verla gritar y llorar de placer.
    
    Ya estaba pronto acabar y apenas la había penetrado durante el vídeo, pero no podía parar de tocarme, ni bajar el ritmo. De hecho, apretaba más duro, los movimientos de mi mano eran más rápidos y con más fuerza. Si el juego hubiese sido al revés, estoy seguro que hubiera perdido también.
    
    En la pantalla se podía ver cómo sujetaba las caderas de Marta y la embestía furiosamente, desde esa mirada de desafío no pude dejar de poseerla con violencia, con furia casi. Sus nalgas ya estaban sonrojadas por el contacto con mi pelvis.
    
    Ella seguía viéndome desafiante, conteniendo los jadeos, cada vez más roja, pero cada vez más determinada a no expresar el más mínimo de emoción por el placer que le daba. Su entrepierna chorreaba levemente por el muslo izquierdo, lo disfrutaba.
    
    Obviamente yo lo disfrutaba también, la penetraba cada vez con más fuerza, la sujetaba cada vez con más fuerza también. Hundía mis dedos en su piel, que se volvía blanquecina al contacto y luego rojiza. Tomé ...
    ... mi pulgar derecho y lo introduje un poco en su ano, con mi mano derecha la sujeté por la nuca y seguí penetrando violentamente.
    
    La determinación en su mirada cedió un poco, sus ojos se suavizaron y se podía avistar una leve súplica en ellos. No gemía, pero jadeaba para sus adentros.
    
    Su piel enrojecía cada vez más, sus ojos se tornaban sollozantes y el iris desaparecía por encima de sus párpados, aun así, ni un solo gemido. Cambié de manos y la que estaba en su nuca ahora repetía el vaivén suave y leve en su ano, como pulsaciones, solo asomando la yema en su interior y retirando. La otra mano esta vez la sujetó por sus cachetes, como una cosa, un artefacto al que no hay que tener consideración. Apreté su rostro hasta formar un puchero en su boca, se veía tan exquisita, así, silenciosa pero desesperada, desafiante y al mismo tiempo una muñeca a punto de romperse.
    
    Empezó a jadear más fuerte, el gesto había tenido el efecto que esperaba y Marta no vio venir lo siguiente. Mientras la sujetaba así, introduje todo mi pulgar en su ano y la embestía con más furia aún, sus nalgas ya no estaban levemente sonrojadas, estaban encendidas por el contacto.
    
    Sus ojos se abrieron de par en par, primero con rabia y luego otra vez en blanco, su cuerpo empezó a temblar. El primer orgasmo estaba llegando y en el vi mi oportunidad de oro. No sé si lo comenté antes, pero Marta era multiorgásmica. Mientras estaba en el dulce temblor del orgasmo, la penetraba como un animal, ya no era tan ...