1. Mi madre y mi tía Lucía


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Ferchu89, Fuente: CuentoRelatos

    ... que las dos son de la familia y una de ellas mi madre, la verdad es que estaban cojonudas mostrando sus carnes y con aquellos conjuntos más propios de busconas que de sencillas amas de casa. A pesar de su edad las dos son unas jamonas de lo más apetecibles. Ellas, para quitar hierro a la situación, me explicaron entre bromas que se habían comprado esos modelitos porque a su edad necesitaban llamar la atención de sus maridos de alguna forma. Todos reímos y yo entonces, aprovechando la confianza que tenía con mi tía Lucía para estas cosas y recordando que ella alguna vez me había insinuado que mi madre tampoco era en realidad tan recatada como aparentaba, me atreví a decirles:
    
    —Pues si no os importa a mí me encantaría asistir al pase de modelos, porque la verdad, estáis las dos para comeros.
    
    —Por supuesto, cariño. —Dijo mi madre aceptando mi pícara propuesta y riéndose ella también con picardía— Nos gustará mucho oír tus opiniones. Además, es muy agradable saber que a nuestra edad todavía le podemos gustar a un jovencito.
    
    Entonces las dos mujeres se exhibieron delante de mí e incluso yo me atreví a darles algún que otro cachete en sus gordos culos mientras les decía que estaban muy buenas y que seguro que tendrían todo el éxito que quisieran con los hombres.
    
    Yo, con toda aquella exhibición de carne madura y abundante, me estaba poniendo como un burro y me estaban entrando unas ganas enormes de meterles mano a las dos y especialmente a mi madre porque el culo de ...
    ... Lucía ya lo había tocado alguna vez. Sin embargo, y a pesar del ambiente desenfadado que se había creado, yo notaba a mi madre bastante nerviosa y mi tía miraba el reloj con demasiada frecuencia. Yo tenía ganas de verlas completamente en pelotas y de meterles mano, pero no me atrevía a decirlo claramente, sobre todo porque no sabía cómo reaccionaría mi madre.
    
    Su nerviosismo y preocupación por la hora también me hizo pensar que allí había gato encerrado y que podía haber otra explicación sobre el hecho de que estuvieran casi en pelotas en casa. Entonces se me ocurrió la idea de simular que me iba de casa, pero quedándome dentro para intentar verlas desnudas si se cambiaban y también para ver si ocurría algo extraño. Les dije entonces que ya que tenía la tarde libre me iba a dar una vuelta con los amigos. Les volví a llamar guapetonas y dándoles un beso, me marché diciéndoles que volvería tarde. Luego abrí y cerré la puerta de la calle con un sonoro portazo, pero quedándome adentro y rápidamente me escondí en mi habitación, mientras ellas continuaban en el salón.
    
    Entonces las oí respirar aliviadas mientras mi madre decía.
    
    —Bueno, ha salido bien. Mi hijo pensará que su madre es una calentorra y una indecente, pero peor hubiera sido si nos encuentra en plena faena con los otros dos. —Mis sospechas habían sido fundadas.
    
    Al parecer tenían un lío con dos tíos a los que estaban esperando cuando había aparecido yo tan inoportunamente. Su conversación acabó por aclararme que ...
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