1. Ana Julia la mujer que me inició en el sexo


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... de lo más profundo de ese lugar oleadas de orgasmos.
    
    ¡Ana Julia!
    
    ¡Que hermosa mulata era!
    
    Mi perdición, todavía siento cuando abrí sus posaderas, contemplé su cavidad negruzca, herméticamente cerrada como introduje mi dedo buscando el deseo deseado. Encontré el deseo y me apoderé de él, lo hice mío. Todavía siento mi miembro apretado entre sus paredes que entraba y salía constantemente dejando dentro de ella todo lo yo que tenía adentro, lancé mis fluidos, mi pasión, mi ardor, mi arrebato, mi fogosidad hasta lo más profundo de ella; todavía escucho claramente sus palabras contradictorias cuando me introduje por primera vez:
    
    - ¡Que gruesa la tienes, potrito! ¡Única! ¡Mete espacio poco a poco! Sí así está bien potrito ¡Para! ¡No más! ¡Empuja! ¡No pares! ¡Así! ¡Continua! Suelta lo que tienes, suelta todo, lo quiero todo, sí la tienes rica.
    
    Cada vez que soltaba mis fluidos, mi ser se ensanchaba, chorros de fluidos inundaron su cavidad posterior y su esfínter apretaba mi príapo como para impedir la penetración por lo que yo debía empujar para penetrarla completamente esa sensación es deliciosa.
    
    Todavía recuerdo cuando ella me dijo que antes de introducir mi falo debo lamer su anito, fue maravilloso, delicioso, único, todavía siento mi boca y mi lengua cuando la repase una y otra vez y la enjugue de los fluidos que mí ser goloso había depositado en el suyo, me dijo que introduzca mis dedos poco a poco para ir preparando el camino, recuerdo como hizo que bañe su ...
    ... esfínter con geles para que la sodomía sea con pleno gustó sin dolor. Todavía recuerdo los espasmos de su cuerpo por la gran satisfacción que tenía, su cuerpo poco a poco se movía más y más hasta soltar oleadas de fluidos y las expresiones de completo agrado por lo que el potrillo sacó a la yegua.
    
    Ana Julia con su experiencia erótica, siempre supo que hacer conmigo y lo que hizo y lo hizo maravillosamente con la maestría de Afrodita. Ana Julia supo cabalgar al potro desbocado, desenfrenado que casualmente se lo había encontrado a la vera del camino por azares de la vida o tal vez Eros ya había determinado nuestro encuentro, no lo sé, únicamente puedo decir que nos encontramos y vivimos hermosos momentos juntos.
    
    Ana Julia trató de dominar al potro brioso montaraz, cerril, pero apenas pudo bajar su ímpetu, a cada encuentro él pedía más y daba más, empezó a pedir todo y a dar todo por eso soy así, doy todo y pido todo, no tengo otro modo de ser.
    
    Ana Julia, nunca pudo dominar al potro completamente, si lo formó y moldeó como ella deseó. Hizo de él su satisfacción personal durante el tiempo que la relación se mantuvo. Él potro tenía todo ajustado a ella. Físicamente no era ni grande, ni fortachón, más bien era lo opuesto. Cuerpo delgado, blanco, pelo bien cortado. Él era un potrillo simpático, alegro, inquieto, juguetón, cerril. Él estaba bien dotado como ella quería, como su fogosidad buscaba. Ella buscaba un ser que le satisfaga que controle su carne ávida de ser poseída, ...