1. Mi vecino me violó


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Eleonora, Fuente: CuentoRelatos

    ... vecino que me está espiando. Como siempre hago de cuenta que no lo veo, pero al rato se hace ver y me pregunta por mi marido. Le respondí que había salido unos minutos y enseguida volvía. ¿Con un bolso? Me volvió a preguntar. Me quedé en silencio mientras veía que abría la tranquera que había quedado sin candado después que se fue mi marido.
    
    Me puse nerviosa, me paré ajustándome la parte superior del bikini y ya estaba casi a mi lado. Mi vecino es de una estatura mediana, pero muy macizo y con brazos muy fuertes. Se acercó, me abrazó por mi cintura y me dijo: “Así que te gusta provocarme putita?” Yo le respondía que me suelte, que no sabía de qué me hablaba, que lo iba a denunciar, pero nada de eso servía, me abrazaba con más fuerzas contra él y con la otra mano ya empezaba a manosearme la cola. Quería zafar de esa situación, pero sus fuertes brazos me lo impedían y me amenazaba que, si gritaba, decía algo o no obedecía, todo iba a ser peor.
    
    El temor y el cansancio del esfuerzo por poder liberarme fueron mellando mi resistencia. Me desabrochó y quitó el corpiño y comenzó a manosearme las tetas casi desesperadamente, me apretaba los pezones y me las chupaba mientras que con sus manos me quitaba la tanga.
    
    Me tiró al suelo, me abrió las piernas y enterró su cabeza entre ellas. Su lengua se enterraba en mi concha y la frotaba en mi clítoris, me levantaba de los muslos y chupaba y metía su lengua en mi agujerito trasero.
    
    Se puso de pie y me dijo: “Ahora te toca a vos, ...
    ... bájame la malla y chupámela”. Le baje la malla y su pija parada rebotó contra su abdomen. No era muy larga, pero si excesivamente gorda, al punto que mis pequeñas manos nos llegaban a agarrarla en toda su circunferencia. La tenía muy dura, muy hinchada y yo lo masturbaba esperando no tener que chupársela, pero me agarró de los pelos, me tiró la cabeza hacia atrás y me la metió en la boca, se movía como si me estuviera cogiendo por la boca y me la metía hasta el fondo causándome arcadas que parecía disfrutar.
    
    Sacaba su pija empapada en mi baba espesa, me pegaba en la cara con su pija y me la volvía a meter en la boca. Me volvió a recostar, se acostó encima de mí y me clavó su gorda pija en la concha. Sentí asco, dolor y que mis paredes vaginales se estiraban; levantó mis piernas y pasó sus brazos por debajo de ellas y con sus manos me agarraba fuertemente de la cola y pasaba la yema de sus dedos por mi ano y su lengua por mi cara y mis tetas.
    
    Cada vez me daba con más fuerza, sus grandes testículos golpeaban mi cuerpo, yo solo le imploraba que no acabara dentro de mí ya que no me cuidaba. En ese momento salió de dentro mío y me dijo “Ya sé que voy a hacer entonces” Me agarró de los pelos y entre arrastrándome y otro poco a los tropezones me llevó al interior de la casa y se dirigió directamente a la heladera, tomó un pan de manteca y me empujó contra el sillón, me hizo poner en cuatro y empezó a pasarme trozos de manteca en mi ano, en su pija y me los metía adentro junto ...