1. Adriana, el inicio de un amo


    Fecha: 29/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... dejaban ver que estaba al borde del orgasmo. Sus manos se sostenían con fuerza al asiento, como si fuera a caerse. De repente retiré el vibrador de su entrepierna y la besé. Ella tardó dos segundos en reaccionar, muy tarde para negar el beso. La besé muy profundo. Su boca era cálida y su aroma dulce me embargó nuevamente. Mi mano se dirigió de nuevo a su entrepierna, tirando por un lado el vibrador aún encendido. Comencé a masturbarla sobre los leggins. Pude notar lo empapada que estaba. La masturbé cada vez más duro hasta el borde del orgasmo nuevamente. Antes de que explotara detuve el movimiento de mi mano. Adriana: "Sigue, por favor. Me quiero venir, por favor. " Yo: "Eso era lo que quería escuchar. " La comencé a masturbar una vez más hasta el borde del orgasmo mientras comía nuevamente su oreja, pero una vez más detuve mi mano cuando sentí que estaba a punto de correrse. Sin darle tiempo a hablar seguí de nuevo masturbándola, haciendo esto 5 veces más, cada vez tardaba menos en alcanzar el límite del orgasmo. Me divertía con su cuerpo, y ella confundida y caliente no paraba de disfrutar, pero quería ese orgasmo y quiso masturbarse ella misma. Inmediatamente le quité la mano. "Te vienes cuando yo lo diga. ¿Entendido?" "Por favor, déjame correrme. Por favor, ya no aguanto. " Seguí mi juego con ella sin hacer caso. Cada vez era menos tiempo el que tardaba en alcanzar el borde del orgasmo, pero no le dejaba venirse, a pesar que movía sus caderas desesperada para ...
    ... estimularse con mi mano. Una persona pasó cerca del auto y recobramos el sentido de la realidad. Me llevó a mi casa, frustrada porque no pudo alcanzar el orgasmo y a la vez cachonda. "Vamos a terminar esto en mi casa" Le dije sin mirarla, y nos bajamos del coche. Una vez dentro de la casa nos desnudamos rápidamente hasta quedar en ropa interior. Llevaba un conjunto de braguitas y bra azul cielo. Seguí mi juego sentados en el sofá negro de la sala. Casi se corrió apenas 1 min después que comenzamos. "¡Ya no aguanto, por favor!" Me dijo en un grito ahogado en el borde del orgasmo. No pude contener mi excitación y la masturbé hasta que se corrió. Sus braguitas se mojaron excesivamente. Comenzó a lanzar fluídos a chorros pequeños y comenzó a convulsionar su cuerpo mientras le seguía masturbando. Sus ojos querían ver su nuca y su boca semiabierta dejó ver un atisbo de saliva en la comisura. "¡Me corro, me corro, me corro!" Comenzó a decir mientras sus manos apretaban el asiento y sus piernas temblaban. Duró al menos 10 minutos más el temblor de sus piernas y sin previo aviso cayó dormida en el sofá. Relamí mis dedos llenos de su flujo y viéndola dormir me di cuenta de lo que había hecho. No podía creer lo que había pasado, pero no dudaba que pasaría de nuevo. Esto apenas era el inicio, no sólo de ella como sumisa, sino de mí mismo como amo. A partir de esa noche se volvería adicta a este juego. Se volvería adicta a la tortura del orgasmo, a la excitación de la humillación y el ...