1. Cuando nos garchamos al amigo de mi hermano


    Fecha: 26/04/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... y se agarraba la pija por encima del pantalón intentando masturbarse, porque me imagino que nunca había visto una cosa tan grande en su vida, ni a mí chupando algo tan grande. Me fui poniendo de pie mientras me bebía el último vaso de Whisky y comencé a acercarme hacia este pendejo caliente como una sartén, me senté a un lado de él y le pregunté si no quería hacer algo con nosotros esa noche. Mariano me miró con ciertos ojos inocentes y encendidos, diciéndome que sí con su mirada, pero no se animaba a contestar. Tenía unos jeans cortos, y calzaba esas clásicas zapatillas Converse de color gris azulado, su remera blanca con estampados de guitarras estaba colgada en las barandas de la pileta, pero tenía un bulto bastante interesante cerca de su bragueta y un abdomen que me pedía a gritos que lo mordiera. Le dijimos que se anime y que no le íbamos a decir a nadie, y con esa premisa lo convencimos de ir a mi habitación donde tengo una cama de dos plazas y media que compré para ocasiones como justamente esa. Le quitamos el pantalón despacio y lo dejamos que nos toque un rato porque estaba más excitado que nosotros dos juntos, Ema estaba en bóxers y yo igual, solo que con la musculosa. Yo abrazaba a Mariano y recorría con mi mano todo su torso desnudo, tratando de guardar cierto recelo por su corta edad y su —supuesta— inexperiencia. Me volví loco tocando su abdomen, acariciando esos músculos tensos, su ombligo, sus pectorales, etc. Ema se estaba haciendo la paja delante de ...
    ... Mariano, y éste no podía dejar de ver su tremenda verga. Recorrí con mi lengua por sus pectorales bien marcados hasta llegar a su pezón, tierno, rosado y con una cierta erección, comencé a dibujarlo con mi lengua, humedeciendo su pecho, sintiendo el delicado calor que emanaba de su cuerpo adolescente bien trabajado. Ema hacía lo propio con mi pija, me la besaba y mordía por encima del bóxer, yo estaba sin remera y eso de cierta manera me excitaba más, seguí bajando por el cuerpo de Marian besando sus abdominales perfectos, su ombligo, sus costados, todo ej fin. Y lentamente también me fui desnudando mientras Ema se acercaba a Marian y le apoyaba su enorme poronga en la cara, y se la resfregaba por sus labios y sus mejillas repletas seguramente de un vello facial muy delicado. Yo me acercaba más y más a la verga de este nenito y con mis dientes le bajé (arranqué) el boxer sin dudarlo y dejé a la vista su pija que resultó ser bastante grande también, de unos 16 o 17 cm. Me abalancé sobre él, mordiendo la cabeza de su verga como si fuera una cereza, se la comí de un bocado, temblando de ansiedad y ardiente de deseo bajé por todo su tronco y me la comí entera, hasta sentir sus vellos púbicos con mis labios. Se la besé toda, y se la llené por completo de saliva, lamiéndole las bolas como él se las lamía a Ema, yo me deleitaba con los gemidos de placer de esos dos pijudos que me calentaban tanto. Aunque lo que más me calentaba todavía no había llegado, comencé a bajar por sus muslos hasta ...
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