1. Prohibido culear a las alumnas


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... los pies y no levantaba la cabeza. Era la una de la mañana, y andábamos atravesando un parque desolado del barrio Diana de Gales. Solo los faroles nos proporcionaban una brizna de visibilidad. El parque era tan grande que prácticamente en el horizonte se veían los frentes de las casas, de un barrio diferente a cada costado. El adoquinado estaba a medias y se asomaban plántulas entre ellos. - es que si se ufana de que siempre le dan permiso de agarrar y va a decir que usted no da permiso de que le agarren, pues voy a pensar que es una aprovechada. - No, Juanma, Yo no soy aprovechada, yo soy muy generosa… Tal y como lo intuía, su acto de escándalo era pura pantalla. - Geraldine… - masculló Jessica con lengua de plomo, interrumpiendo nuestro flirteo. - Ay esta boba se despertó. ¿Qué quiere, va a vomitar? Vomite a ver. pero Jessica empezó un berrinche. Se liberó de nuestros brazos y cayó de cola al suelo. Empezó a preguntar por Geraldine frenéticamente. Yo empecé a ponerme nervioso por el espectáculo, si bien la pasaba de fábula y estaba encantado con María José, no podía olvidarme que yo era el maldito profesor y por ello responsable de lo que ahí sucediera. La visión espectral del inmenso parque y su vacío casi terrorífico, me alivió en las tripas. - Mamasita, ¿no le da pena? ¡Mire, mire, levante la jetica mamita! Mire con quien vamos, con el pro-fe-sor… Jessica manoteó, y al cabo de medio segundo masculló – Qué pena profe – esta vez con lengua de trapero. De repente empezó a ...
    ... sonar algo excitante. El sonido me evocaba calidez e intimidad. Los jeans se oscurecieron en los muslos de Jessica. - ¡Ay esta verrionda se está meando! – gritó María José. Se arrodilló junto a ella y la abrazó y con un beso pegado en la mejilla le recalcaba: - te estás orinando, marica, te estás orinando… Juanma ¡voltéese! Yo volteé sin dejar de carcajearme. Además, estaba excitándome más de la cuenta. Una niña de décimo estaba ahí, meando delante de nosotros. Sus recónditas delicias estaban allá en acción, tibiecitas y húmedas. En menos de un segundo volví la mirada. No aguanté la curiosidad de verle la cara mientras meaba. Como lo imaginé, era de complacencia. Casi tenía una sonrisa, qué rico. ¬ - ya pasó, marica. No fue nada. No importa ¿cierto Juanma? – María José era adorable. El olor acre y cálido a chichí empezó a subir. Jessica estaba empapada y a mí me empezó una erección monumental. Allí, en mis narices estaba esa fragancia fuerte y concentrada que recién emergía de Jessica, por su rajita. Me causa todavía asombro el que, después de tanto coqueteo con las otras, una orinada me hiciera desear tanto a Jessica. Ella era blanca también, aunque no aria como María José, sino pelinegra. Era del tipo cachetoncita mimada, con cuerpo para entretenerse amasando. - ¡venga levántese! – dijo en trono castrense María José. La haló del brazo con fuerza pero Jessica se oponía con su peso inerte. Entonces le ayudé de mi lado. Me acerqué y la halé pero la berrinchuda borracha sabía ...
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