1. Prohibido culear a las alumnas


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    “Prohibido culear a las alumnas” podía leerse muy claramente en una señal que había puesto un grupo de estudiantes de décimo al lado de las demás señales en la entrada al laboratorio de química. Podía leerse clarísimo aun cuando el leguaje no era textual sino icónico, vaya que eran talentosos esos chinos: Se trataba de una figura similar a una letra A mayúscula, por lo que pasaría desapercibida a los ojos que estuvieran fuera de contexto. Le habían añadido dos círculos que corresponderían a las cabezas del hombre y la mujer, y así se entendía que la tenía en cuatro y agarrada por los hombros. Y lo más gracioso de todo, la chica tenía coleta y falda de colegial que caía de su dorso y el hombre, un birrete. Todo dentro de un círculo rojo con una diagonal atravesada. El mensaje estaba encriptado para mí ¡qué cabrones! Profe Juan, no se culee a nuestras compañeras, por favor. Me carcajeé en silencio al ver la señal tan pulidamente creada en plástico y vinilos, haciendo juego impecable con las de “no teléfonos celulares”, “no comidas ni bebidas” y “porte siempre el carné”. La creativa pilatuna era el pródromo a una actividad fuera de serie que en pocas horas tendría lugar, como regalo del día del profesor y que les contaré aquí. Pero primero, es necesario que los ponga en contexto. Era apenas mi segundo año en ese colegio, el Católico Monstari, uno de clase media. Los últimos vestigios de una clase social que desaparecía como una voluta de humo al viento. Los chicos eran hijos ...
    ... de comerciantes y pequeños empresarios, con una educación que conservaba varios rasgos de la excelencia de nuestra generación. Varios, pero no todos, y eso no era una debilidad, era por el contrario una virtud provocativa. Chicas con la suficiente autoestima para tener un proyecto de vida y metas altas, pero sin miedo ni tabúes. En toda mi vida de profesor no volví a tener estudiantes así, sino de clase alta: orgullosos, mimados e intocables; o de clase baja: putas sin futuro ni valores. Yo, tuve una fortuna tan grande que me da físico miedo habérmela gastado toda en esta vida y que en la próxima vaya a ser un retrasado mental, un impotente o algo. Dios me castigó con presencia, mucha presencia, y demasiado encanto. Y lo que es peor, me condenó con la consciencia y la inteligencia para saberlo (por eso el miedo). Me licencié a los 19 años, y después de una vida de macho alfa en mi propia etapa colegial y luego en la universidad, llegué al mundo de la docencia con la virilidad y la confianza del mismo diablo. Lo puedo decir con humildad ahora que han pasado más de veinte años y soy un señor. Es más, los invito a tratar de adivinar cuál de las chicas de este relato, terminó convirtiéndose en mi esposa. Desde que di mi primer paso adentro de ese colegio, antes que iniciaran clases, dos chicas que por azares también estaban allí en secretaría, me vieron y se secretearon cosas descaradamente. Pude leer su pensamiento como si sus ojos fueran pantallas de cine. “uhy, un profe nuevo, ...
«1234...16»