1. El adiestrador de esclavas


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Wendy llevaba esperando muchas, muchas horas en una postura tremendamente incomoda… Recordaba como aquella noche, mientras caminaba de regreso casa, fue obligada a entrar en la parte posterior de una furgoneta por un corpulento individuo negro de aspecto escalofriante, amenazándola con una navaja, a la vez que le mantenía un trapo empapado en la cara que la iba dejando, poco a poco, sin fuerzas y que al final se desmayó.
    
    Ahora, ya despierta, se encontraba encorvada hacia delante, con los brazos estirados al máximo por atrás y las muñecas atadas juntas… Sus ojos sólo veían unos horribles zapatos de gran talón que no eran suyos y un palo que trababa su cuello a los tobillos… Llevaba también un gran vibrador metido en la boca.
    
    En la tortuosa postura en la que se encontraba no podía levantarse ni agacharse, ni moverse, ni apenas respirar, pero sufriendo espantosos calambres en sus largas y bonitas piernas desnudas por las muchas horas de espera.
    
    “¿Qué hacía ella allí?”... Desde que se despertó, Wendy se hacía ésta y otras preguntas.
    
    Unos pasos y un salvaje latigazo en las nalgas terminaron con tan aterradora e inquietante soledad y espera… Y allí empezó otro tipo de agonía… Otra mucho peor y mucho más obscena.
    
    Posiblemente era el hombretón negro que la raptó, pensó Wendy… Éste, tiró el látigo al suelo para que ella lo viera y cogiéndola de las caderas, la penetró de un solo golpe por el ano, provocándole un tremendo dolor… Y el hombretón comenzó a explicarle su ...
    ... situación en breves palabras.
    
    - Bienvenida a mi escuela, esclava… Alguien a quien conoces muy bien me encargó domarte y adiestrarte como esclava sexual… Yo soy tu domador o tu adiestrador, como quieras llamarme.
    
    Las palabras retumbaron huecas en los oídos de Wendy… El tremendo dolor ocasionado por la salvaje penetración, tras tantas horas de agónica postura, le impidieron comprender en primera instancia… El hombretón negro lo sabía y, tras un breve silencio, continuó detallando sus siniestras intenciones mientras seguía dándole por el culo, frenéticamente.
    
    - Primero romperé en mil pedazos tu rebeldía y luego te enseñaré todo lo que un coño adiestrado debe saber hacer para darle el máximo placer al hombre al que perteneces… Será un verdadero placer para mi enseñarte… ¡Ya verás!… Aunque no sea tanto para ti... Jajaja.
    
    Las risas del hombretón, su gran pene penetrándola y desgarrándole el culo, las horas de sádica inmovilidad y el terrible espanto que sentía por lo que acababa de escuchar, terminaron con la escasa resistencia de Wendy que perdió el sentido poco antes de que el espeso y fétido esperma anegaran sus entrañas.
    
    Cuando Wendy despertó, todo su cuerpo era un marasmo de dolor y sufrimiento hasta el extremo de desear la muerte… Ahora el hombretón negro le había cambiado de posición… Ahora se encontraba boca abajo atada por las muñecas y tobillos a los extremos de una barra que colgaba del techo… Y de sus pezones, colgados de sendas pinzas dentadas que se ...
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