1. Memorias, entre el pasado y el presente (2)


    Fecha: 10/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: zorroblanco2003, Fuente: SexoSinTabues

    ... cinturón y decidió probar. Se la quitó y con el hierro que se usaba para coger los agujeros rascó los bordes de argamasa que sujetaban el díscolo ladrillo, soplando de vez en cuando para ver cómo iba. Cuando hubo rascado un rato, metió la hebilla metálica en el hueco e hizo palanca con ella. ¡Por fin! El ladrillo se había soltado un poco más y había salido unos centímetros extra. Ahora pudo agarrarlo mejor y tiró de él con fuerza, agitándolo en todas direcciones, tiró tan fuerte que de repente el ladrillo cedió, provocando que perdiera el equilibro y cayó de culo en el suelo, ladrillo en mano incluido. Rió ante tanta torpeza y con el corazón en un puño se levantó para mirar en el hueco que había quedado, había mucha arena y polvo así que lo limpió con los dedos y mientras lo hacía entre ellos apareció algo metálico y frío al fondo. Al rescatarlo lo miró y descubrió que, era una cajita metálica y verdosa, probablemente de bronce, pues no había óxido en ella. Metiendo las uñas de sus dedos tiró de la tapa y de nuevo tuvo que esforzarse por superar el nuevo obstáculo, pero esta vez no fue tan difícil, la tapa cedió y tanto la parte de arriba como la de abajo volaron por los aires impactando después contra el suelo y provocando un tintineo metálico al chocar. Pero allí apareció un tercer objeto, en el momento en que cayó al suelo, este brillo débilmente. Tom se agachó para verlo mejor en el poco iluminado sótano y: ¡era la llave! — ¡Sí! ¡Eureka, la encontré! —gritó como un ...
    ... poseso dando brincos sin parar. Feliz como una lombriz fue a abrir el baúl, pero pensó que a su hermana le gustaría verlo también así que fue a buscarla y se guardó la llave en el bolsillo. Ella estaba echando la siesta en su habitación. Tom entró y la vio con su camisón de seda semitransparente. Observó cómo se traslucían sus pechos, pues no llevaba sujetador, eran pequeños, en forma de copa de champán. Por unos momentos se sintió atraído por ellos y quiso tocarlos, pero no, finalmente se arrepintió. Decidió despertarla, moviéndole suavemente el hombro, mientras le susurraba muy excitado. — ¡La encontré! ¡Es la llave! —gritó eufórico—. ¿Bienes ha abrirlo? —le preguntó con voz temblorosa por la excitación, con la respiración entrecortada. Su hermana, medio adormilada no reaccionó al principio, se incorporó levemente, apoyándose sobre los codos y miró a su hermano, observó lo que le mostraba en su mano. Como volviendo en sí, al ser consciente de lo trataba de decirle, le sonrió picaronamente. — ¿Estás seguro? —se limitó a preguntar. — Si, estaba oculta tras un ladrillo en la pared del sótano, ¡vamos! —dijo tirándole del hombro y sacándola de la cama. Pasaron por el cuarto de sus padres que también dormían, en silencio para no despertarlos, bajaron las escaleras hacia la primera planta y luego fueron al sótano. Allí se arrodillaron ante el baúl, Tom sacó su llave del bolsillo, su mano temblorosa acercó la llave a la vieja cerradura de bronce, reverdecida por los años. Apenas ...
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