1. La tía Mari 4


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... decía gimiendo, gritando, hasta que siento como me clava las uñas en mis brazos, empieza a temblar y yo me empecé a acabar dentro de su concha. Sentía como la desbordaba de leche mientras seguía metiendo y sacando mi pija de su peluda concha. «Fede, que bien me cachas, como disfruto», me. decía acurrucada contra mí. «Como está esa colita golosa», le dije acariciando sus nalgas, «deseando tener toda tú cosa bien adentro», me dijo besando mi boca. Estábamos en la cama cuando suena mi celular, era Lorena, me preguntaba si Mari dormía todavía y esas cosas. Yo hablaba con Lorena abrazando el cuerpo desnudo de su tía, hasta que colgamos y seguímos con Mari basándonos y acariciandonos. «Que ganas tenía de estar en la cama contigo», le dije besando sus tetas, «y yo Fede, no te imaginas como te extraño», dijo pasando su mano por mi pija. «Quieres que te la chupe y me la metes por el chiquito?», me dijo lamiendo mi cara. Yo sin decir nada me acomode bien boca arriba y Mari sonriendo bajo hasta mi pija y empezó a chuparla, haciendo que entre lamidas, besos y chupadas, mi pija se puso dura en su boca. Mari se acostó boca abajo, abriendo sus enormes nalgas, dejando que le vea su oscuro, belludo y abierto ano. «Ahí tienes mi cola, destroza mi chiquito con tú cosa enorme», me dijo mientras yo me subía sobre su espalda y acomodaba mi pija contra su ano. Empecé a empujar y Mari a gemir mientras mi pija entraba en su gorda cola. «Haaa, haaaaa, como me duele cuando me entra», gritaba Mari, pero ...
    ... no dejaba de abrir sus enormes nalgas. «Pero como me gusta cuando la tengo toda adentro», dijo la tía Mari cuando le terminé de meter toda la pija en su cola. «Asi sobrino, así muevela sin sacarla, que rico que la siento bien adentro de mi cola», decia Mari gimiendo de placer. «Uffffffff, como extrañaba esa cosa destrozando mi chiquito, cachame bien rico por la cola, no te apures, que me duele pero me gusta mas», decía Mari, moviendo su cabeza para los costados, abriendo bien sus nalgas, levantando su cola para que le entre mas adentro. Los gemidos que daba Mari mientras yo le cogía la cola, eran tremendos. «Que rico, como extrañaba tú cosa destrozando mi chiquito», decia Mari moviendo su cola para los costados. «Mari, date la vuelta, ponete boca arriba», le dije sacando mi pija de su cola, su redondo ano abierto. Mari se dio la vuelta, levantó sus piernas y abrió sus nalgas, yo la agarré de la planta de sus pies y de una sola sin ser bruto se la metí escuchando el largo gemido que dio Mari. «Que abierto tendré el chiquito que la metiste toda sin parar y no me dolió», me dijo con los ojos cerrados y una mueca de placer en la cara mientras yo le cogía la cola. Los suspiros, los ayes de placer que dábamos los dos cuando sacaba y metía mi pija por su abierto ano, disfrutando la cola de esa mujer de 61 años, que se entregaba toda al sexo. «Tia, sabes como quiero que estes en casa cuando estemos solos?», le dije moviendo en círculos mi pija bien adentro de su cola, «dime sobrino, ...