1. Una familia muy normal -XII


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Incesto Autor: sayago19, Fuente: SexoSinTabues

    Después de beber un par de desarmadores cada uno, estando los tres desnudos y recostados en la cama del cuarto de hotel, le digo a Lidia: “¿cómo es que conoces a Beto?” Ella se puso cómoda en la cama y comenzó a narrarnos: “La primera vez que vino por esta zona, estuvo preguntando por mí; cuando me encontró (como no lo conocía) le pregunté quién le había hablado de mí. Respondió que entre las cosas de su hermano había encontrado una tarjeta, y si; efectivamente traía la tarjeta que te dí en alguna ocasión. Lo traje al hotel, estaba un poco nervioso; se desnudó y le ofrecí un masaje para que se relajara. . . . “ Al escuchar su relato mi imaginación me permitió visualizar todo lo que ocurrió: El chico, que me dijo llamarse Alberto, está desnudo y boca abajo sobre la cama del cuarto; únicamente tengo puesta mi lencería: una tanga y un bra de un cuarto de copa (rojos ambos). Sin subirme a la cama comienzo a masajear sus pantorrillas, subo a sus muslos, tiene unas nalgas redondas y duras las cuales acaricio (en vez de masajear). “separa tus piernas” le digo y obedece dócilmente. Con las puntas de los dedos toco suavemente su escroto y noto un pequeño sobresalto de su parte. “tranquilo, solo va a pasar lo que tu quieras que pase” “gracias” “¿Cómo conseguiste mi tarjeta?” “mi hermano la tenía en el buró junto a su cama y la tomé” Me siento a horcajadas sobre sus piernas, después de que las ha cerrado, e inicio un masaje desde su cadera hasta sus hombros; primero con un poco de ...
    ... fuerza y después con mucha suavidad casi con solo el roce de mis uñas. “¿es tu primera vez?” “con una transexual si” “y ¿ya has estado con mujeres?” “una vez y fue un poco raro” “¿te gustaría contarme?” Me despojo del sostén y paso mis senos redondos y duros por su espalda; despacio, disfrutando los estremecimientos que mi toque le ocasionan. Imagino que su miembro ya ha despertado. Desmonto y le pido que se ponga boca arriba. Así lo hace y su erección se levanta firme e invitadora. Finjo no verla, me coloco a su cabeza “para poder masajearte mejor el pecho”, pero la verdad es que quiero poner mis tetas a su alcance; Alberto no puede resistir y las toma para comenzar a besarlas. Me pasa la lengua alrededor de los pezones firmes, me estiro un poco para tomar su miembro con mi mano e iniciar una serie de caricias en el; es más grande y grueso que el mío que por cierto también ya está parado y listo para dar batalla. Me muevo un poco más, para atrapar con mi boca ese delicioso falo erecto, su sabor salino es delicioso, mi lengua juega con su glande mientras mis dientes muerden con suavidad su grueso tronco lleno de venas. Alberto acaricia mi miembro sobre la tanga, primero con timidez, después me despoja de ella para recrearse a placer masturbándome. “¿ya quieres darme papi o prefieres una rusa?” “Una rusa” El se levanta de la cama para que pueda acostarme boca arriba, se pone en cuclillas sobre de mi; pero le pido que se gire por que le tengo una sorpresa. Un poco sorprendido ...
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