1. Verdaderas amigas - Cap. 1.- El almuerzo matutino.


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    Es natural que una amiga se interese por ti, animándote a vivir sin ataduras. A no estar sujeta a un esposo que ni siquiera sabe valorarte.Pero sólo una verdadera amiga te abre los ojos, pese a tu propia testarudez. Te impulsa a vivir la vida con intensidad; sin los temores moralinos que te han inculcado desde chiquilla. Te ayuda a entender que el placer una misma se lo consigue, y que se goza sin miedo al qué dirán.Y justo eso hizo por míNorma; una mujer de tremendas cualidades, muy segura de sí misma, y la más libidinosa que he conocido.Sólo a ella se le podía ocurrir la loca idea de publicar algo así en el periódico. El anuncio estaba dirigido a jóvenes que quisieran “desahogarse” con mujeres casadas. Casadas, pero necesitadas de sexo (nosotras, claro).Al final, y después de entrevistar telefónicamente a varios interesados, Norma dio con su presa favorita. Y es que ella tiene sus particulares preferencias: Jóvenes, inocentes, sumisos e ingenuos, así los prefiere. Sí, es una total fiera en la cama que devora todo lo que se le ponga delante (o atrás; encima; debajo. Bueno, ustedes entienden), sin embargo, su presa preferida es la carne tierna, virgen y fresca. Así que, de todos los que la contactaron por lo del anuncio, esa ocasión sólo se citó con un chico que estaba en la justa edad de la calentura. Como que le da energía hacerlo con jovencitos. Qué digo “hacerlo”, prácticamente se los devora hasta dejarlos secos; pareciera que rejuvenece cuando se los “come”.Y vaya que ...
    ... se los come, pero con las nalgas.Nos conocimos a inicios de la década de los noventa, era la esposa de mi jefe en ese entonces, el Licenciado Ricardo Ramos, un empresario textil. Desde antes que nos presentara mi patrón ya había escuchado algo de ella, por lo menos lo que en la oficina murmuraban las malas lenguas. Se comentaba que mantenía continuas infidelidades, y que su esposo no se daba ni cuenta. El Licenciado desconocía el temperamento sexual desbordado de la hembra que dormía a su lado, eso decían.Claro que aquello bien pudieron ser puras habladurías, pero, una ocasión en que mi jefe salió a un viaje de negocios, yo misma atestigüe el verdadero carácter de Norma.Ambas escoltamos al Licenciado al aeropuerto. Ella como su amante esposa que lo iba a despedir, mientras que para mí era sólo parte de mi trabajo, como su secretaria y asistente personal.Una vez hubo partido el Licenciado, Norma me invitó a tomar una copa en un bar del aeropuerto. Pese a que usualmente no bebía acepté, pues creí descortés despreciar su invitación. Allí, después de un poco de vino, nos empezamos a conocer. Me preguntó si estaba casada, a lo que respondí que aún no. “No, pero tengo un novio y parece que es el definitivo”, dije con verdadera satisfacción. Le mencioné que ya hasta habíamos hecho planes de matrimonio que, en unos meses, esperaba se concretaran. En aquellos días yo aún era la típica chica soltera, ilusionada con casarme para lograr la plena realización. Y creía haber encontrado a mi ...
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