1. Así se conquista una de trece - Capítulo III - Quiero MIRARTE


    Fecha: 21/06/2017, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... probablemente todavía pedía permiso para salir. Pero esas tetas, dios mío, ESAS TETAS!!! - Ven al laboratorio y me ayudas a organizar los materiales – le dije. Ella acudió complacida. Aunque fue acompañada, me deshice rápido de la otra niña, con el achaque de hablar algo delicado con Laura. Mientras organizábamos los materiales, le lancé la pregunta: - Laura, ¿es cierto lo que dicen de ti? ella se frenó asombrada. - tú sabes que puedes confiar en mí. - ¿qué dicen de mí? – me miró a los ojos. - que alguien es abusivo contigo. - es un chisme, lo agrandaron todo. - cuéntame qué pasó. - en una fiesta de los 15 de una amiga, un amigo del papá de ella me mostró la verga. “Aquí tengo una que también quiere conocerte” pensé. - ¿¡en serio!? Y, ¿cómo fue, o qué? - no, pues llevaba mirándome toda la fiesta como si quisiera violarme, cuando yo bailaba se sentaba a mirarme y se tocaba, y al final me sorprendió en la entrada de los baños y se lo sacó. - ¿y tú qué hiciste? - salí corriendo de ahí y me preguntaron qué pasó, yo conté y se fueron a buscarlo pero ya se había desaparecido. Pero alguien contó eso acá y ya se pusieron a decir que fue mi tío, que me violaron, que me violan todos los días… - ¿y tú te asustaste mucho? – yo estaba dirigiendo la conversación a mi antojo. O Sea, a sus tetas. - pues en el momento… pero ya después bah! – respondió ella. - ¿te puedo hacer una pregunta? – modulé la voz para inspirarle aún más confianza. - tú puedes preguntarme lo que quieras – afirmó. Eso ...
    ... hizo que un flujo extra de sangre irrigara mi sexo. - ¿ya habías visto un pene? - pues no – contestó con frescura – pero no me dio miedo, me dio como… rabia. era el momento de atacar. - es que hay hombres muy frustrados sexualmente. Degenerado hijueputa… - agregué – perdóname. Para ella, oír un profesor decir una grosería era una experiencia completamente nueva, y le gustó. Por otra parte, nos sirvió para llevar nuestra confianza un grado más allá. Esbozó una leve sonrisa. - apuesto que eras la niña más bonita de esa fiesta, aún más que tu amiga de 15 – continué yo. - ¿por qué? – sonrió ella. - a ver: de por sí que eres una niña hermosísima, muuuy linda – ella sonrío más -, si hasta en uniforme te ves adorable. En traje de fiesta, imagino que enamoras a más de uno, y eso es normal, pero lo que no debería pasar es que se sobrepasen. O sea, hay quienes te ven con adoración, como yo –ella sonrío ampliamente, pero yo proseguí para disuadir el mensaje - pero también hay quienes te ven con perversión. ¿Cómo era tu vestido? - ¡tengo fotos! – se precipitó a sacar su celular. yo sabía que eso iba a pasar. Eso y todo lo demás que pasaría. Me mostró las fotos y me llené de deseo. Tenía un vestido de color rosa, de esos que aparentan ser de falda hasta mitad del muslo, pero en realidad es un traslúcido velillo. La falda estaba en realidad debajo y era cortísima, con el ruedo a ras del pubis. El vestido volvía a ser solo velillo muy ceñido entre la cintura y el busto, y en este, un escote ...
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