1. Al salir de la oficina


    Fecha: 03/03/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... llevé por el camino hacia el estudio. Apenas doblamos la esquina sonó mi celular: era Víctor, para decirme que ya estaba en casa y que no me preocupara por la cena, ya que él se iba a encargar de cocinar algo. Le agradecí y le dije que estaba un poco demorada con el trabajo, pero que no tardaría demasiado en volver.Al instante tuve un ataque de morbosidad y un intenso deseo lujurioso. Decidí que iba a hacerme coger por este desconocido en la puerta de mi propia casa, sabiendo que mi esposo estaba allí adentro y que podía descubrirme en cualquier momento.Al llegar saqué las llaves y abrí la puerta muy suavemente, sin hacer ruido.Le expliqué a mi acompañante que esa era la entrada de mi casa y que además mi esposo estaba trabajando en su escritorio en el departamento de arriba; así que íbamos a quedarnos ahí en el pasillo y las escaleras. Y en silencio…Cuando quise darme vuelta, el hombre ya me tomaba de atrás y yo sentía su verga bien dura y erecta frotándose contra la raya de mi culo. Comencé a bajarme la pollera hasta que cayó al suelo junto con mi diminuta tanga negra y luego giré hacia él, mirándolo sensualmente, vestida solamente con la blusa y mis tacos altos.Me senté en el borde de las escaleras y abrí bien las piernas, invitándolo con mi mirada. Se inclinó besarme y luego bajó hasta mi concha para saborear mis labios vaginales con su lengua. Me mojé en apenas segundos; me provocaba pequeños temblores y algunos suaves gemidos cada vez que me frotaba el clítoris con su ...
    ... lengua desenfrenada. Era mi presa sexual, y lo usaría a más no poder...Yo estaba tan caliente que no tardé en subírmelo encima. Allí nomás, acostada de espaldas en la escalera, me hice penetrar por su gruesa verga dura. Comenzó a entrar y salir con ímpetu, como si fuera un marido insatisfecho que se apuraba para gozarme como seguramente no gozaría a su propia mujer. Y yo lo disfrutaba como su puta hambrienta... Me encantaba la sensación de ser la puta de un desconocido.“Voy a acabar, nena”. Anunció resoplando después de un buen rato de cogerme con muchas ganas. Yo le respondí que todavía no lo hiciera y lo saqué de adentro de mi concha con un buen empujón, cortándole el polvo. Me puse de rodillas en la escalera, me metí su verga en mi boca y se la chupé dándole un pequeño concierto de lengua durante un par de minutos. El tipo jadeaba como loco, gozando con mis labios sedientos de verga.Cuando sentí que esa pija estaba nuevamente hinchada y bien erecta, me di vuelta, me agaché y le ofrecí la entrada de mi puerta trasera para que se sacara las ganas y me llenara de leche caliente…Sin dudarlo se inclinó entre mis piernas y me la metió por el culo con brutalidad, sin ninguna piedad, con urgencia, como si hubiese sido la última vez que iba a poder sodomizar a una mujer…En ese instante me sentí muy perversa, sabiendo que si gritaba demasiado, Víctor podía abrir la puerta y encontrarme empalada por el culo en la verga de un perfecto desconocido. La sola imagen de ello me provocó un ...