encontrando el trabajo ideal - Relatos Eróticos

encontrando el trabajo ideal

... pantalón e incomprensiblemente deseaba ver vrecer y acariciar. levantá la mirada algo avergonzado y mi verguenza se multiplicó cuando ví sus ojos fijos en los mios y su sonrisa, mezcla entre divertida, y maliciosa. no pude evitarlo, avergonzado bajé la vista pero de nuevo me encontré con su entrepierna y sin saber porqué me relamí, lo cual hizo que Adolfo soltara una pequeña carcajada al tiempo que pasaba su braco por mi hombro y como si de un amigo de toda la vida se tratara me guiara fuera de la cafetería mientras me decía: -Vamos a mi despacho a oficializar la entrevista y te tranquilizas un poco que te veo mas nervioso que al principio y veras que no es para tanto. estoy seguto de que vas a encajar muy bien en la empresa. o más bien, la empresa va a "encajar·" muy bien en Tí. Subimos a su despacho y al entrar le dijo a su secretaria: -Laura, voy a hacer la entrevista de este señor par el puesto de recepción, por favor traigame dos poleos y no me pase llamadas la próxima hora. Se hizo a un lado al abrir la puerta de su despacho cediendome el paso y cuando pasaba se deslizó justo detrás de mí muy cerca, hasta el punto de sentir como rozaba mi trasero cuando me moví a un lado esperando sus instrucciones sobre como ibamos a tratar la entrevista de forma oficial. -Bueno, ahora debería hablarte un poco sobre la empresa, lo que hacemos especificamente, como desarrollamos nuestros servicios con nuestros clientes etc, pero la verdad, hoy he hecho la entrevista mas extraña, ...

... divertida y placentera de mi carrera, y tengo la impresión de que no ha hecho mas que empezar y que divertida y placentera la podemos hacer aun mas. Yo no sabía que responder ni como comportarme, no porque me sobrepasase la tensión sexual que se palpaba, sino por la situación en sí, una entrevista de trabajo que podía desencadenar en sexo inesperado con el propio jefe!! mis ojos iban una y otra vez a su entrepierna, ahora no necesitaba imaginar pues se adivinaba ya bien visible un bulto que anunciaba una polla de considerable tamaño. me acordé de Oscar y po mi imaginación pasó el deseo de convertirme en la putita de mi muevo jefe. estaba a punto de lanzarme a su paquete, inicié el movimiento acercandome a él cuando sonaron dos golpes en la puerta y esta se abrió sin esperar contestatción. era Laura portando una bandeja con dos tazas, y un pequeño azucarero de porcelana, lo dejó sobre una mesa auxiliar junto a un diván situado en un extremo del despacho, oculto a la vista de la puerta pues esta se abría hacia ese rincón, ocultandolo hasta que se cerraba la misma. le dejó a Adolfo un paquete de papeles y le recordó algo relativo a una reunión aquella tarde con el presidente de la asociacion de empresarios local. en cuanto se cerró la puerta perdí toda razón, dejé a un lado la prudencia, y me lancé sobre aquella entrepierna, arrodillandome y casi arrancando cinturon y botones de aquel pantalon que se interponia entre mis labios y ese objeto del deseo que secaba mi garganta rocé varias ...