1. Follando en la feria


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... preocuparan. Que fueran ellos y que luego quedábamos con los móviles.
    
    Hicimos eso, y Marta y yo decidimos que daríamos un par de vueltas por el recinto viendo el ambiente y las atracciones, aunque temíamos que viendo la hora la cosa estuviera ya, tal como habíamos visto en nuestro paseo anterior, bastante apagada. Eso sí, Marta me pidió que la esperara. Antes de dar la vuelta iría al baño.
    
    Yo la esperé en la puerta, ya solo. Al momento de estar allí me sonó el móvil. Sorprendido vi que era un mensaje de Marta. Al abrir el whatsapp vi que era una foto, y al descargarla un rayo me recorrió el cuerpo.
    
    Marta se había hecho una foto sentado en el wc. La braguitas blancas que llevaba, con los bordes naranjas, en los tobillos, el traje recogido y su mano insinuando que se estaba masturbando.
    
    El teléfono vibró de nuevo. Era un mensaje y otra foto. El mensaje sólo decía "¿Te ha gustado?" y la foto era una de ella reflejada en el espejo del baño y guiñando el ojo.
    
    Mi polla se puso morcillona.
    
    Al momento, salió ella del baño y se dirigió hacia mí con una sonrisa pícara en los labios. Llegó a mi altura y, sin perder la sonrisa, dijo: "vamos a dar esa vuelta".
    
    Sobra si os digo que nos cogimos de la mano y fuimos en busca de un sitio oscuro. Tras cruzar un par de calles y salir del recinto ferial, llegamos a una especie de zona deportiva. Junto a ella encontramos un pequeño callejón oscuro. Entre risas nos metimos allí.
    
    Marta no lo dudó: "follame". Sólo me dijo eso, ...
    ... antes de guiñarme un ojo, y girarse subiéndose el vestido. Yo me apreté con ella, la besé en el cuello y, a continuación, me agaché. Su culo, enmarcado por esas braguitas, quedó frente a mí. Sujeté las braguitas y se las bajé hasta las rodillas, al mismo tiempo que hacía que abriera un poco las piernas. Sentí como ella colocaba la frente apoyada en la pared, mientras seguía sujetándose el traje.
    
    Me mojé un par de dedos con saliva y le toqué el coñito. Lo tenía hirviendo. Tenía un incipiente pelo que me acarició a su vez a mí. Sólo un par de toques después noté que estaba mojándose rápidamente. Se veía que el calentón lo traía ya de hace un tiempo. Apoyé mis manos en la parte posterior de sus muslos y empecé, con mi lengua, a saborear su sexo. Mi primer toque de lengua fue correspondido con un gemido, y cuando fui subiendo la velocidad de mi lengua conseguí, como respuesta, gemidos más constantes y fuertes. En esos momentos, mi polla estaba a punto de reventar dentro de los pantalones. Me alegró ver que, pese al alcohol ingerido, aquello iba a terminar bien.
    
    Sentía su sabor recorrer cada rincón de mi boca. Le di un pequeño mordisco en la cara interna de uno de los muslos. Me incorporé y me bajé la bragueta, sacando el pene. Estaba durísimo y con el glande ya mojado. Sujetándomela le di un par de toques en la vagina y diciéndole al oído que estaba loco por ella, la penetré. Estaba tan mojada ella que mi polla casi se resbaló dentro de ella. La penetración fue acogida con ...