1. Desafío de galaxias (Capítulo 6)


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: No Consentido Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... labios.
    
    —¿Más?
    
    —Mucho más. Voy a comerte el chochito hasta que cambie de color, —y comenzó a trabajar.
    
    —¿Ya ha cambiado de color? —preguntó cuándo recuperó un poco las fuerzas.
    
    —Pues claro. Mira.
    
    Perdieron la noción del tiempo, y finalmente, entre caricias y besos furtivos, abrazadas, se quedaron dormidas.
    
    Marisol abrió los ojos y lo primero que vio fue los preciosos ojos azules de Anahis que la miraban fijamente a pocos centímetros.
    
    —¡Estas ahí, mi amor! —dijo y comenzó a besarla en los labios.
    
    —No, no empieces, —Anahis pasó sus manos por el perfecto trasero de Marisol—. Hoy tenemos muchas cosas que hacer.
    
    —Ya lo creo, follarnos como anoche, —insistía Marisol sin dejar de besuquearla.
    
    —¡Que no! —exclamó rechazándola con suavidad—, Está noche te depilo yo.
    
    —¡Ja! No creo, —río Marisol levantándose de la cama.
    
    —¿Por qué no puedo depilarte yo? —preguntó Anahis frunciendo el ceño mientras desnuda se sentaba sobre la cama y sus pechos vibraban ligeramente—. Para esta noche seguro que pinchas.
    
    —No es eso mi amor.
    
    —¿No te fías?
    
    — Claro que me fío boba, —respondió arrodillándose en la cama y abrazándola—. Es que no me hace falta, me hice un rollo genético hace unos años. Solo me crece pelo en la cabeza.
    
    —¡Joder tía! Pues me hacia ilusión.
    
    —Bueno, no te preocupes que ya se nos ocurrirá algo.
    
    Ya era tarde y desayunaron algo rápido en la cocina. Se encaminaron a la biblioteca y entraron como si tal cosa.
    
    —¡Por fin! Las ...
    ... dormilonas, —exclamó Opx.
    
    —Lo siento chicos, —respondió Marisol desviando la atención sobre ella—. No se que me ha pasado, me he dormido.
    
    —La reverenda madre ha llamado varias veces preguntando por ti.
    
    —¿Cuál de ellas?
    
    —Marisol, solo hay una, la otra ya no tiene monasterio, —Loewen la miraba con interés—. Te veo rara, como resplandeciente.
    
    El comentario hizo que Anahis se ruborizara violentamente, como se ruborizan los que tienen la piel azul. Las mejillas se le pusieron de un color azul oscuro. Y el hecho no le pasó desapercibido a Loewen.
    
    —Pues no se, —acertó a decir Marisol mirando de reojo a Anahis, que parecía que se iba a desmayar— estoy como siempre.
    
    —Si, si, como siempre. ¡Ya, ya!
    
    —¡Hombre, por fin te has levantado! —exclamó la reverenda madre entrando en la biblioteca. Llegaba acompañada de la otra… de la antigua priora de Akhysar—. Ven hija que tenemos que hablar.
    
    Entraron en una estancia aparte y se sentaron en una bancada.
    
    —Mira Marisol, creo que vosotras dos habéis empezado con muy mal pie. Nunca había visto a dos personas chocar de una manera tan absurda y violenta sin conocerse.
    
    —Reverenda madre, por favor, permítame, —intervino la antigua priora de Akhysar poniéndola la mano sobre el antebrazo—. General, quiero pedirla disculpas. Para mí, perder el monasterio ha sido un golpe muy duro. Hacia mucho tiempo que no se elegía a una priora tan joven como yo… joven en comparación con las anteriores prioras, —esbozó una sonrisa— y tenía muchas ...
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