1. Omar, mi amigo de la universidad


    Fecha: 10/08/2017, Categorías: Gays Autor: Berlay, Fuente: SexoSinTabues

    ... imaginaba desde hacía algún tiempo. Cuando cambió de pose, me reveló el frente de su cuerpo, donde entre sus torneadas piernas colgaba un par de testículos de muy buen tamaño y un pene, proporcional en tamaño, pero con una cualidad estética envidiable: caía recto, con un grosor uniforme en el tronco y una cabeza rosada un poco más gruesa que el resto del miembro. Lo rodeaba una mata de vello negro que le hacía un marco perfecto. Estaba circuncidado. -¿Estás circuncidado, verdad? -Sí, me operaron cuando era niño, no podía retraer el prepucio y a veces me molestaba. El doctor le recomendó a mi mamá que me lo quitara y, pues, así fue. - Respondió sin perder la pose. -¿Y fue doloroso? -Casi no me acuerdo, pero sí. Me llevaron varios días a la clínica a hacerme curaciones y limpieza. -Oye, ¿y te quedó alguna cicatriz o marca? -Sí, pero casi no se nota, mira. Y sin que pudiera preverlo, abandonó la pose y se me acercó, tomó su pene con una de sus manos, mientras con un dedo de la otra me señaló unas marcas casi imperceptibles que rodeaban la base de la cabeza de su pene; mientras señalaba la serie de diminutas marcas giró su miembro, ya medio crecido, para mostrarme como había quedado la zona del frenillo. Yo sentía la tensión sexual en el aire, mi pene exigía que lo liberara de los shorts que traía puestos, mientras cubría mi erección con el cuaderno de dibujo; fue entonces cuando me resolví a dar el siguiente paso para descubrir cuál era la intención de Omar con este juego ...
    ... que había empezado, o explorar hasta donde estaba dispuesto a llegar. Así que con la voz más natural que pude fingir le dije: -¿Y cuando tienes una erección, las marcas siguen allí o se dejan de ver? Un chispazo fugaz lució en la mirada de Omar, que me respondió "No sé, no he puesto atención en eso. pero ahora vemos" mientras comenzaba a sobarse el pene para terminar de provocar esa erección que ya comenzaba a ser evidente. No aparté los ojos de su miembro, que en menos de diez segundos había alcanzado ya su máxima longitud y se erguía apuntando hacia arriba, mostrándose orgulloso de sus nada despreciables longitud y grosor. Continuó "Vamos a ver. " y acercándose un poco más a mí, se inclinó para localizar con la vista el rastro de las marcas que buscábamos. "Deben estar por aquí. " dijo mientras con una mano sostenía ese trozo de carne palpitante y con la otra tomaba una de las mías por el dedo índice y lo apoyaba en la base de su glande, donde antes estaban las marcas. "Pues casi no se ven y no se sienten ¿o sí?". Con voz ronca por los nervios y la impresión, alcancé a responder "No, creo que no" al mismo tiempo que seguía frotando la yema de mi dedo índice sobre su polla. -Entonces, tú no estás circuncidado, ¿verdad?- Me preguntó tras una breve pausa. -No, yo no- reaccioné sonrojado al darme cuenta que seguía con mi dedo sobre el tronco de su verga, al momento dejé de tocarlo. -Nunca he visto en vivo uno sin circuncidar… ¿me enseñas el tuyo, ya que estamos entrados en ...
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