Domingo a la noche a puro Tabú - Relatos Eróticos

Domingo a la noche a puro Tabú

... y hasta que cumplí sesenta años tuve una o dos experiencias sexuales al año para despuntar el vicio. Inclusive, alguna vez, decidí que luego de terminar los cursos podía salir y coger con algún estudiante joven que me invitaba a salir. No desaproveché esas pocas oportunidades y tengo buenos recuerdos de dos jóvenes muy vigorosos que me pegaron flor de garches. 
Pero el tiempo fue pasando y cada vez me resultaba más difícil llamar la atención de los jóvenes. Los de mi edad gustaban de las mujeres jovencitas y yo me di por retirada del mercado. 
Desde hace diez años que prácticamente no tengo sexo. Solo me masturbo. A pesar de haber cogido algunas veces con ex alumnos en el pasado, nunca sentí el morbo de la relación profesora-estudiante. Nos acostábamos y nada más. Insisto: nunca fui monja pero tampoco fiestera. Me gustaba dar imagen de sobriedad pero eso sí. En la cama, cuando me tocaba la oportunidad me gustaba hacer de todo. Siempre hice honor al dicho: una dama de día, puta de noche. 
La cuestión que desde hace diez años reemplacé el sexo por el porno. El mundo milf me fue apasionando y me fui metiendo de lleno en la afición a internet que me animé a meterme en algunas páginas de contactos de maduras. En salas de chat, conocí a algún chico y siempre relucía el tema del sexo con maduras, la fantasía del incesto y esas cosas pero mantuve solo relaciones virtuales. Practiqué sexo virtual con cámaras y me masturbé para jóvenes que se masturbaban al verme a mi tocarme la ...

... pochocha. Esto se volvió una obsesión y era raro que no hubiera noche en que llegara a casa y no encendiera la computadora o no ingresara a los aplicativos del celular para ver porno, chatear con algún pendejo que le calentaran las milf o hacer sexo virtual tras la pantalla.   
Debo confesar que durante todo ese tiempo (casi diez años) mis fantasías fueron en aumento pero nunca dejaron de ser fantasías ni mi mente se animó a imaginar a mi hijo. Jamás pude por bloqueo psicológico imaginar su pija o que tenía sexo con él. En realidad me calentaba mucho la idea de tener sexo con un joven y hasta imaginaba que podía llegar a ser mi hijo, pero nunca pensaba en mi hijo real. Fantaseaba conque amigos de mis hijos o hijos de mis amigas o estudiantes de la facultad fueran mi hijo, pero no podía pensar en Santiago. En realidad, mi fantasía no podía ir más allá del juego de rol, que de hecho, muchas veces hacía virtualmente con mis amantes de internet. Me ponía muy cachonda jugar a la relación madre-hijo con los pajeros que me conectaban para tener sexo virtual. Me tocaba como loca y me salían grandes cantidades de flujos cuando acababa. Nos decíamos groserías tras la pantalla con mi eventual hijo y descargaba de esa manera mi falta de pija en concha. Nunca me animé a salir directamente con algunos de esos tipos mas jóvenes que yo para concretar el juego de rol en carne y hueso. Limitación, pruritos, la edad. No lo sé. Todo mi sexo se redujo al mundo virtual.
Pero eso cambio hace poco. ...