Domingo a la noche a puro Tabú - Relatos Eróticos

Domingo a la noche a puro Tabú

... sexo real y el vicio del porno incestuoso me fueron llevando por ese camino. 
Les cuento un poco mi vida para que vean como he llegado a esto hace relativamente poco. Digo, a sentir un deseo sexual irrefrenable por mi hijo Santiago y consumar lujuriosamente el incesto con él. 
Me casé joven en Buenos Aires (me crié en el barrio de Saavedra) con un compañero de la facultad de ciencias exactas. Nuestras carreras en física y matemática nos llevaron a impartir clases a Bariloche primero y  Mendoza después. Los primeros años fueron muy buenos. A los veinticinco tuve a mi único hijo y al año y medio de ello, mi marido me metió los cuernos con una alumna de la universidad. Fue todo un escándalo y la relación terminó de mala manera, a tal punto de que ya no tengo ninguna relación con él ni quiero tenerla. Supe que hizo su vida luego y se marchó a trabajar a los Estados Unidos. Por mi hijo con quien si tiene trato, sé que se casó con una mujer más joven que él en Virginia y que tiene dos hijos. A mi vástago lo llama para su cumpleaños y para las fiestas navideñas y le envía una vez por año un cheque con unos pocos dólares. Igual mi hijo ya es grande. Si sacan bien las cuentas sabrán que ya tiene 45. Pero de él hablaré luego. 
Quiero decirles también que desde mi separación estuve tres años sin tener sexo. Me golpeó duro la traición marital y la pérdida de mi matrimonio. Estuve muy deprimida y cuando logré reponerme tuve un pequeño romance con un colega del instituto. La relación ...

... afectiva no pasó a mayores pero con mi primer amante tras mi divorcio recuperé las ganas de sentirme plena sexualmente. Con mi marido teníamos como en toda pareja buen sexo de entrada. Pero con el paso del tiempo eso se fue apagando y al momento de su traición casi ni teníamos relaciones. Muy de vez en cuando y de compromiso. Luego de tres años pude concretar este mini amorío y tuve buenas noches de sexo. Pero mi amante tenia su novia mas joven y como era de esperar se casó con ella. Luego de un tiempo conocí a otra persona con la que si tuve una relación bastante larga (cerca de ocho años) pero ésta era mas intelectual y prudencial que la otra, aunque cogíamos una vez por mes con mi segundo amante. El hombre era mayor que yo, buena persona, muy reconocida en el ambiente de la física y un buen día recibió una beca para ir a realizar un doctorado a París y se fue. Con él quedamos amigos y nos hemos visto algunas veces. Me invitó a Francia una vez y tuvimos una noche de sexo liviano. Cuando en otra ocasión vino a Buenos Aires, la cosa estaba apaciguada. Salimos varias veces pero no tuvimos sexo ya. Ese fue mi último amorío. Desde entonces solo tuve alguna relación sexual fugaz con conocidos circunstanciales. Siempre he tratado de mantener un equilibrio en mi vida personal, afectiva, profesional y sexual. Y nunca renuncié al sexo aunque sí ya me había dado por vencida en materia amorosa. Pero tenía a mi hijo que era lo que más amaba en el mundo. Desde que dejé a mi segunda pareja ...