Domingo a la noche a puro Tabú - Relatos Eróticos

Domingo a la noche a puro Tabú

... Hace muy poco. Y la persona que logró volverme a meter a la cama para disfrutar del sexo verdadero fue mi amado hijo Santiago. 
Estas fueron las circunstancias. Mi hijo Santiago, siguiendo la tradición familiar estudió en este caso astronomía y trabajaba en Buenos Aires primero. Luego se fue a Montevideo, al Servicio Meteorológico de allá y estando en Uruguay consiguió una beca para estudiar en Estados Unidos. Ahi estuvo bastante con su padre, que conocido en el medio lo ubicó bien. Lo puso a trabajar en un organismo del estado local y estando en Norteamérica se casó con una mexicana que también residía allí. Venía a la Argentina una vez al año a pasar las vacaciones, pero gran parte del año, Santiago estaba en los Estados Unidos. Ese alejamiento físico (el allá, yo en Mendoza) hizo tal vez que no pudiera sentir por él ni la más mínima atracción pese a todas mis fantasías cibernéticas de roleplay. Pero eso cambió. 
Mi hijo se separó de la mexicana (cosas de la vida) y decidió pese a ganar buen dinero en el norte a regresar a Buenos Aires. Dado su curriculum no tardó en conseguir un puesto muy importante en uno de los principales institutos de investigación científica del país y si bien está instalado en Buenos Aires, viaja a menudo a Mendoza o yo viajo a verlo a la capital federal. 
Hace poco en mi país hubo un fin de semana muy largo. Feriados acumulados entre sábados y domingos dieron seis dias de descanso. Ni él ni yo trabajaríamos esos días y entonces, decidimos hacer ...

... un viaje intermedio entre los dos puntos de distancia y nos encontramos en Laboulaye, en la provincia de Córdoba, donde a su vez, dadas ciertas características que no vienen al caso, se suelen realizar estudios astronómicos o para-astronómicos que mi hijo no descartaba en su afán de conocer. Fue entonces que en esa ciudad cordobesa se dio lo que nunca imaginé que se daria. Pasaría de la total imaginación vedada de internet a la concreta consumación del incesto. 
Dije que sigo manteniendo mi figura. Mi hijo es muy lindo. Tiene un poco de pancita pero es alto (1.80), fornido, medio rubión porque salió al padre y tiene mucha elegancia. Es un señor para hablar y seduce. Pero nunca lo vi con ojos de hembra. Hasta que se produjo la excepción. 
En el hotel que estuvimos, cada uno tenía su habitación. Pasamos el jueves, el viernes y el sábado en un lugar hermoso. Hubo buen clima con la gente, muy festivo. Recuerdo que bebimos bastante y bailamos y en esa ocasión, hubo bastante roce y franeleo con la cumbia. Nos abrazamos un poco para bailar y en algún momento sin darme cuenta apoyé mis tetas en el cuerpo de mi hijo. Cuando me quise acordar me di cuenta que había pasado bastante tiempo y él no dijo nada.  Es muy raro que no se haya dado cuenta, pensé. Mis lolas son medianamente grandes y no pudo no haberlas sentido. Le habrá gustado mi roce? Yo debo decir que me gustó apoyarle las gomas a Santiago. Ese fue el primer indicio de lo que pasaría el domingo a la noche. 
Al domingo a la ...