1. Un paseo por el río con mi compañero de clase y mi vecino


    Fecha: 16/04/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    ... entre los tres, con caricias y sobadas mutuas, aunque Mateo se mostraba reticente y trataba de escapar a nuestros manoseos. Les propuse un trencito así que hice que mi vecino se montase en mi espalda, con su duro bulto casi entre mis nalgas. Sólo pudimos hacer un trecho porque estábamos muy calientes y Nico había empezado a besarle la espalda y acariciarle la pija debajo del agua.
    
    Mateo quiso salir y que nos pusiéramos protector solar. Empezamos a pasarnos entre los tres en pecho y espalda. Me puse más atrevido y fui untando las piernas bien torneadas de Mateo, para ver de cerca su precioso culo respingado de patinador, enfundado en su bóxer corto de lycra, mientras él le ponía protector a Nico en la espalda. Seguíamos los tres empalmados y Nico insistía en arrimar su culo al bulto de Mateo, que se retiraba para atrás, pero chocaba con mi erección que se le metía entre las nalgas y lo hacía jadear.
    
    -¡Qué putos están hoy!, dijo y fue la señal para que lo abrazáramos de frente y por detrás, sin dejar de acariciarlo, y ya no se molestó tanto.
    
    -Podríamos tomar sol en bolas, le susurré a Mateo.
    
    -Le saco el bóxer, dijo Nico,
    
    Mateo se resistió un poco, pero Nico ya había empezado a bajárselo desde las nalgas y de paso me acariciaba el bulto. Lo ayudé y entre ambos desnudamos a Mateo, dejando libre su pija bien parada.
    
    -¡Guau!, dijo Nico, qué buen pedazo tenés, mientras yo terminaba de quitarle el bóxer.
    
    -Mateo está al palo.
    
    -No lo puedo creer, dije yo, que ...
    ... estaba detrás.
    
    -Agarrasela y vas a ver qué dura se le puso, me dijo Nico.
    
    Le pasé las manos por entre los brazos a Mateo y fui acariciándole el tórax hasta agarrarle la pija.
    
    ¡Qué dura tenés la pija, está buenísima!, y empecé a sobársela.
    
    Gimió un poco y se dejó llevar.
    
    -¿Te gusta, Matu?
    
    Otro gemido y asintió, mientras yo arrimaba mi poronga entre sus glúteos.
    
    -No te escuché, le dije.
    
    -Sí, me gusta, respondió sofocado por el deseo, y se recostó sobre mí.
    
    Con una mano lo pajeaba y con la otra le acariciaba los abdominales, apenas definidos, pero muy suaves. Nico dijo que estaba para comérsela y yo le susurré al oído a Mateo si quería que se la comiese.
    
    -No sé, nunca me lo hiceron, dijo con voz ronca.
    
    Nico se inclinó y empezó a besarle el glande, con piquitos.
    
    -¡Qué lindo y morado está!, dijo y comenzó a lamerlo.
    
    Yo le solté la pija a Mateo para que Nico se la pudiera mamar y lo empecé a besar y lamer el cuello, mientras seguía acariciándole el pecho.
    
    -¡Qué rico se siente!, me dijo mirándome a los ojos.
    
    -¿La mamada o la lengua?
    
    ¡Todo!
    
    No dudé más y le di un beso, algo resistido por él, pero luego abrió la boca y respondió a mis lengüetazos. Estábamos muy calientes y empecé a mover mi pija entre sus glúteos, abrazándolo y besándolo. Se soltó unos segundos y me miró a los ojos. -Son muy putos ustedes, me dijo con voz ahogada.
    
    -¿No te gusta? ¿Querés que paremos?, le pregunté.
    
    -¡No, por favor, no!
    
    -Te voy a comer la boca le ...