1. El tanga rojo, los hermanos


    Fecha: 13/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... Yo ya me había corrido dos veces cuando él descargó su lefa en mi interior.
    
    Me derrumbé con la respiración alterada sobre su poderoso pecho. Mi cabeza en el hueco de su hombro lamiendo el sudor de su cuello de toro. Recuperándome sin prisa mientras besaba su cuello mimosa.
    
    Él me acariciaba la espalda y mi cabello con cariño bajando a veces hasta amasar mis nalgas desnudas. Me las agarraba con fuerza y las amasaba. No recuerdo cuando me sacó el tanguita rojo, o me lo arrancó y simplemente se desintegró entre sus dedos, nunca llegué a recuperarlo. Pero lo único que me quedaba puesto en ese momento era la minifalda.
    
    Y deseaba más, quería toda su atención, todo su cuerpo. Menos mal que estaba descalza o hubiera desgarrado el cuero. Me pasé entre los asientos al de atrás, dejando mi culo en pompa. Sujetó mi cadera inmovilizándome. Con una pícara sonrisa en sus bonitos labios se giró y enterró la cara entre mis nalgas.
    
    Volví a correrme en cuanto noté la lengua en mi ano. Y él recogió mis jugos y el semen que chorreaba de mi coño con su lengua antes de que manchara algo, lo que hizo que volviera a correrme. Apenas podía moverse con los anchos hombros encajados en el asiento pero ni le hacía falta para poder darme gusto.
    
    Después de toda la noche y todos esos orgasmos estaba agotada pero él volvía a tenerla durísima. Terminó de quedarse desnudo del todo, solo le quedaban los calcetines y bajo la lluvia salió del coche y se vino al asiento de atrás conmigo.
    
    Aún ...
    ... riéndome por su ocurrencia lamí las gotas de agua de su piel, de su espalda. Acariciando su cuerpo y besándolo. Chupando sus pezones como hubiese hecho con una de mis amigas. Metiendo la lengua en su ombligo en un camino lento pero inexorable hacia la durísima polla. Su vientre plano y duro como esculpido en mármol. Iba a ser la primera vez que la tuviera en mi boca y pensaba disfrutar el momento.
    
    Después de admirar su aparato, le pasé la lengua por el escroto, lo que le provocó un escalofrío. Estaba indecisa sobre dónde quería su siguiente corrida, si en mi boca o culo pero tenía claro que lo único que impediría que la tuviera sería un policía tocando el cristal de la ventanilla. Seguí chupando sus huevos como si fueran caramelos.
    
    Gemía y suspiraba mientras le chupaba. Me mojé un dedo con saliva para jugar con su ano, para acariciarlo. La caricia pareció gustarle, pues su polla al lado de mi mejilla se puso aún mas dura. Subí con la legua por el tronco dejando mis babas en la piel del rabo.
    
    Hasta que me metí el glande entre los labios para acariciarlo con la lengua. No tuve más que pajearlo unas pocas veces para que me llenara la boca de lefa.
    
    Mirándolo a los ojos con lujuria subí con su semen en la lengua a besarlo. Me recibió abriendo la boca para que le metiera la lengua en ella. No se cortaba chupando mi lengua y su leche. Era lo más lascivo que había conseguido nunca de un tío y solo con dos de sus dedos en mi clítoris volví a correrme.
    
    Abrazada a mi hermano, ...