1. Cuando fui asistente de una madura


    Fecha: 10/04/2024, Categorías: Lesbianas Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos

    El cuerpo que tengo me ha ayudado a conocer personas importantes de mi país, tanto que termine trabajando en la cámara de diputados, conoció al líder de un partido político y me puso a trabajar como asistente de una diputada de la cual no diré su nombre, pero le diremos Margaret.
    
    Margaret es una mujer de unos 55 años, astuta, hábil para los negocios, la verdad era buena en lo que hacía, era madre de dos hijos y tenía ya 3 esposos en su haber, el último un hombre metido en el fútbol que no pasaba mucho tiempo con ella.
    
    Margaret era alta, media casi 1.80 cm, morena, ojos color miel, delgada pero con figura, la verdad le invertía a su cuerpo ya que obviamente tenía muchísimo dinero.
    
    Mis primeros meses trabajando con ella fueron pesados, aunque ella dejaba de trabajar a las 3 de la tarde, mi jornada muchas veces era de 12 horas, pero yo la veía a futuro, así que aguantaba la friega.
    
    Poco a poco nos fuimos llevando mejor, me volví su confidente, me contaba sus anécdotas de casada, las aventuras sexuales con sus colegas y contrincantes porque no importa el color, el cuerpo es cuerpo.
    
    Una noche de agosto del 2018 por primera vez me invitó a su casa, ese día ella estaba tensa y fuimos a terminar un papeleo pero más a platicar.
    
    M: Ya estoy harta, este proyecto me tiene loca y el líder del partido lo quiere ¡¡ya!!
    
    C: ¡Tranquila! ¡Aquí estoy para ayudarte!
    
    M: Eres muy linda, además muy eficiente.
    
    Su halago me alzó el ánimo, cuando te reconocen es muy bueno, ...
    ... así que ambas trabajamos en el proyecto cuando de pronto ella dijo…
    
    M: Necesito un break, sabes, hay una botella de whiskey en la bodega traila y tomemos un descanso.
    
    Sin decir nada obedecí su petición, tome la botella y dos copas y regrese a la sala donde ella está ya sin sus zapatillas y recostada en el sillón, no sé porque pero se veia muy sensual.
    
    M: Ya estoy muy cansada, sírveme una copa ¡por favor!
    
    C: Relájate, hemos trabajado duro, verás que todo saldrá bien.
    
    M: Eres muy eficiente y encantadora, que bueno que eres mi asistente.
    
    Admito que sus palabras me sonrojaron, le serví su copa y ambas brindamos y comenzamos a platicar nuestras penas, ella hacía un movimiento muy peculiar con sus pies lo cual me atraía mucho, me quite los tacones, yo traía una calza negra y mi blusa rosa, me senté en el sofá y ella puso sus pies en mis piernas.
    
    M: ¡Cómo me gustaría un masaje!
    
    C: Si gustas te lo puedo dar.
    
    M: ¿En serio? Me estaría aprovechando de ti ¡jaja!
    
    C: Para nada, se como masajear, hace tiempo tuve un spa y obvio se como sobar, déjame hacerlo.
    
    Fui por un aceite de coco y nos servimos un trago más, comencé a masajear sus pies, desde sus dedos a su talón y su tobillo, lentamente apretando cada músculo de sus pies.
    
    M: ¡¡Ah!! Que rico, uhm, ¡¡ah!!
    
    Sus gemidos comenzaron a acelerarme, comencé a sentir una excitación al estar sobandole sus pies, ella bebía su copa y me miraba con ojos de excitación.
    
    M: ¡Que rico se siente, tienes unas manos ...
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