1. Miguelito, lo que te pudiste comer por siempre y la cagaste


    Fecha: 03/08/2017, Categorías: Hetero Autor: Alexa, Fuente: CuentoRelatos

    ... vestido y cuando me comentó el mismo pensamiento que había tenido yo hacía un rato, sobre cómo cambiaba el enfoque entre ver a una chica desnuda o verle las tetas por un vestido atrevido, deje caer el vestido mientras seguía caminando no pude reprimirme más, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y lo besé, le di un beso de esos que lo cimbró completamente. Lo agarre por sorpresa pero no tardó en separar sus labios para que jugaran nuestras lenguas y fuera más intenso. Nos besamos mucho tiempo seguido, con nuestros cuerpos pegados pero las manos quietas.
    
    -Lo siento -le dije-pero son ya me diste dos calentones en una tarde y no aguanto más más
    
    -No pasa nada, yo ciento lo mismo que tú y me muero de ganas por seguir con esto
    
    Al escuchar eso, yo ya llevaba más de 50 m caminando desnuda volví a besarlo mientras ponía mis manos en su nuca y lo empujaba para que me lamiera las tetas. No fue capaz o no quiso presentar resistencia y me abrazó con sus manos mientras me llenaba de besos, lamidas y pequeños mordiscos, el descendía besando cada centímetro de mi piel hasta notar su aliento en mi panochita entre mis labios. Separé mis piernas y dejé que me lamiera, que disfrutara del sabor de mis jugos que empapaban mi entrepierna. Su lengua separaba mis labios vaginales, iba desde el clítoris hasta la entrada de mi vagina y volvía. Mantenía el equilibrio agarrándome a su cabeza que él parecía interpretar como que no quería que parase. No se detuvo, sino que incluso empezó a usar ...
    ... también sus dedos para darme más placer todavía y mis gemidos eran ya demasiado escandalosos para ese caminito dónde nunca sabías cuándo te podías topar con alguien.
    
    Mi primer orgasmo. El orgasmo llegó demasiado pronto pero no fui capaz de controlarlo. Oleadas de placer se extendían por todo mi cuerpo y las convulsiones que experimentaba le hicieron imposible seguir. Me dejé caer encima de mi vestido y me abracé a sus piernas, exhausta de placer. Tardé un rato en poder levantar la mirada y más en conseguir ponerme de pie. Sus labios brillaban impregnados aun en la humedad de mi excitación que acababa de saborear.
    
    Ahora sí miré a mí alrededor. Seguíamos solos, quise besarlo pero no me dejó.
    
    -¿Te sientes culpable de nuevo? -le pregunté todavía desnuda
    
    -Sí-respondió bajando la mirada al suelo
    
    No iba a forzar más la situación. Mi calentura había quedado bien saciada en un orgasmo increíble y realmente quería que me cogiera pero ya no era una necesidad, solo un deseo. Me puse el vestido de nuevo y, cuando iba a abrochar los dos botones que habían provocado ese instante tan maravilloso para mí, me pidió que no lo hiciera. Accedí contenta a su deseo y me desabroché discretamente un tercer botón cuando reanudamos la caminata hacia el coche.
    
    Llegamos al estacionamiento sin cruzar una palabra aunque noté como su vista se iba a veces hacia mis tetas. Al entrar al caminito en el que habíamos dejado el coche salió una pareja. La mirada que el tipo me lanzó me calentó y ...
«12...456...»