1. Con el que sea...


    Fecha: 26/03/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... supuesto. Y, diciendo y haciendo, se levantó de inmediato, recostándose a un lado de ella. No dejó ni por un momento de repasar el cuerpo de mi mujer con sus manos, fascinado con el volumen de sus senos. Pude ver como su pene estaba al descubierto, sin condón, lo cual me molestó un poco porque hemos hablado que, por protección, es mejor que lo usen sus parejas. Pero vaya yo a saber en qué estaba pensado ella, que lo permitió y no le dio importancia.
    
    Ella tiene ojo para escoger a sus parejas. Siempre, como digo yo, le aparecen con la dotación que le satisface. Y esta vez tampoco fue la excepción. El miembro de aquel, aparte de su notoria longitud, también era un tanto grueso. La diferencia de tallas entre ella y él llamaban la atención sobre esas marcadas proporciones. Era apenas lógico pensar que, sabiendo lo que tenía entre manos, también lo quería sentir entre sus piernas. Y, pasados los minutos de reposo, fue ella misma quien empezó a buscar y masajear el miembro de aquel para poner de nuevo a punto.
    
    El tipo, en contraprestación, buscaba besarla con denodada pasión. Ella, entonces, para facilitar las cosas, se montó sobre él para besarlo y permitir que jugueteara con su cuerpo, acariciándole por donde quisiera. Como resultado, poco a poco, su miembro fue despertando, creciendo y endureciéndose. Ella lo percibió y fue abriendo sus piernas, montada como estaba encima de él, esperando que el macho, como en efecto lo estaba haciendo, apuntara de nuevo dentro de ella ...
    ... su herramienta. Lo intentó, pero la puntería falló en varias oportunidades. Fue mi esposa, entonces, quien tomó su miembro con una de sus manos y lo colocó en el punto preciso para ingresar dentro de ella.
    
    El miembro de aquel hombre, significativamente voluminoso, comenzó a taladrar lentamente dentro de mi mujer, quien, para disfrutarlo, empezó a contonear su cuerpo de un lado a otro, haciendo círculos, a su ritmo, explorando quizá los puntos donde las sensaciones eran más intensas. La escena de ella sobre él era bastante excitante, pues era ella quien imponía el vigor y velocidad de sus femeninas embestidas mientras el macho permanecía en modo pasivo, dejando que ella hiciera todo el trabajo.
    
    Y así lo hizo. No es usual verla a ella en esas faenas, porque, por lo general, disfruta sintiéndose sometida a los requerimientos de sus machos, pero en esta ocasión, y dado el tamaño de su pareja, decidió ser la protagonista en la búsqueda de placer, así que se movía y movía sobre aquel, tratando de alcanzar el clímax de sus propias sensaciones. Aquel hombre disfrutaba el que ella hiciera todo el trabajo, alentándola a seguir así. Dale, dale, le decía, se siente apretadito… que rico culeas. Y ella, por lo tanto, se movía aun con más intensidad.
    
    Sus movimientos y dinámicas ciertamente daban resultados porque, poco a poco, la emoción subía de tono y sus gemidos también. El hombre, aferrando a mi mujer por sus caderas, propiciaba penetraciones profundas, sin que ella se pudiera ...