1. Incesto en el bosque


    Fecha: 09/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Amaia era una joven delgada, de estatura mediana, morena, de ojos marrones, cabello negro, tenía las tetas pequeñas y un culito redondito. Estaba de vacaciones de verano en Galicia y fue con su prima carnal Florencia a merendar al bosque, o sea, fueron de picnic. Después comer tortilla y de beber vino tinto con gaseosa, a Amaia, que no estaba acostumbrada al vino, se le soltó la lengua.
    
    -¿Sabías que soy independentista?
    
    Florencia le preguntó:
    
    -¡¿No serás peligrosa?!
    
    -No, yo soy incapaz de matar a un grillo, pero quiero un Euskadi libre.
    
    Florencia, que era otra joven, gordita, rubia, de ojos azules, estatura mediana, pechugona y con un buen culo, le preguntó:
    
    -¿Y ese quién es?
    
    -No es una persona, Euskadi significa País Vasco.
    
    -Oye. ¿Y además de independentista que más eres?
    
    -Bisexual.
    
    -Tú lo que eres es una libertina.
    
    -Libertina era una chica que conocí. Ella hizo bueno el dicho: El comer y el rascar todo es empezar.
    
    Florencia la vio venir
    
    -No me creo ese dicho. ¿Qué buscas, Amaia?
    
    Amaia siguió con su plan, que era follar a su prima.
    
    -Lo sabes de sobras. Ya no te chupas el dedo, ¿Quieres que te cuente mi aventura con ella?
    
    No, Florencia ya no se chupaba el dedo.
    
    -¿Me quieres calentar por la oreja?
    
    Amaia sonrió con picardía y después le dijo:
    
    -¿Tu qué crees?
    
    -Que no lo vas a conseguir. A mí me gustan los hombres, pero cuenta, siempre tuve curiosidad por saber que hacen dos tortilleras.
    
    Estaban sentadas entre unos ...
    ... pinos mansos. Se sentaba una enfrente de la otra a ambos lados de un mantel con cuadros azules que habían puesto sobre la hierba. A un lado del mantel estaba una pequeña cesta, y sobre el mantel, un trozo de tortilla, pan, gaseosa y una botella con vino. Amaia cogió la botella de vino tinto, le echó un trago a morro y después de devolver la botella a su sitio, le dijo:
    
    -Me pasó hace poco. Estaba en la parada del autobús y una chica se me puso al lado.
    
    Florencia le preguntó:
    
    -Y era bonita, claro.
    
    -Mucho. Pues se me pone al lado y me mira, y me vuelve a mirar. Te juro que me empecé a sentir incómoda. Bueno, llega el autobús, me subo, se sube, pago y paga el mismo recorrido El autobús iba lleno. Se colocó detrás de mí y me puso una mano. Me dije: Ah, ¿Qué pasó aquí? Empecé a traspirar. Mira -le enseño las manos- estoy transpirando ahora al recordarlo.
    
    Florencia le preguntó:
    
    -¿Dónde te puso la mano?
    
    -En el culo. Le eché una mirada de esas que matan, pero ella me sonrió. Luego se frotó contra mi culo y cómo llevaba un vestido muy fino sentí algo duro entre mis nalgas. Pensé que sería su puño, pero los puños no laten. Debo confesarte que empecé a excitarme. Cuando paró el autobús me bajé, se bajó. No sé que diablos me pasó. Aquella no era yo. En fin, acabamos en mi casa. Obvio que mis padres no estaban. Bueno, pues beso va, beso viene. Me empecé a calentar una barbaridad. ¿No te dije cómo era la chica, no?
    
    -Solo me dijiste que era bonita
    
    -La chica era más ...
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