1. Dos parejas en una boda


    Fecha: 06/03/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... calientes estábamos preparados para seguir la juerga.
    
    Aún más cuando sentados en el mismo sofá de la discoteca veíamos a nuestras preciosidades bailar juntas. Un agarrado bien caliente, el muslo derecho, de Sara entre las bonitas piernas de su nueva amiga Nuria. Sus pechos clavados entre ellas. Las manos de Sara acariciando la espalda desnuda de Nuria. Ese vestido casi dejaba ver la raja de su duro y amplio culo.
    
    Por poco me atraganto con mi copa cuando vi, pues no perdía detalle, como Nuria le pasaba los labios y la lengua por el cuello húmedo de sudor a mi mujer y las manos de ésta posadas en las poderosas nalgas de nuestra nueva amiga apretándola contra si.
    
    El espectáculo que nos estaban dando era puro fuego, puro sexo. No parecía que quisieran separarse sus manos acariciaban y recorrían el cuerpo de la otra sin descanso. Y eso en medio de la pista de baile.
    
    Miré de reojo a mi nuevo amigo, a su pubis y su polla estaba tan dura como la mía. Se le marcaba bien en su pantalón. Mario tiene un buen cuerpo y es guapo. Hacía muchos años que no me lo montaba con otro tío, nunca le he tenido miedo al roce físico con otro hombre y a mi lado parecía que mi nuevo amigo también tenía algo de experiencia en ese campo.
    
    Su cadera al lado de la mía, prácticamente pegadas. Su muslo rozando el mío separados sólo por las finas telas de los pantalones de los trajes de verano. Pasé el brazo sobre sus hombros por el respaldo del sofá y dando un bufido apoyó su cabeza en el hueco ...
    ... de mi codo. Apreté su hombro y él se arrimó un poco mas a mí. Al oído, casi rozando mi oreja, me dijo:
    
    - ¿Y si tomamos la última en nuestra habitación? y seguimos bailando y lo que sea.
    
    - Más bien lo que sea...
    
    Dije yo sonriendo y echándole una ojeada a su sudoroso pecho por la camisa abierta, ya teníamos las corbatas en el bolsillo. Y apoyando una mano en su rodilla, giré la cabeza y le respondí con nuestros labios casi tocándose:
    
    - Así estaremos mas tranquilos, y a nadie le importará lo que haremos.
    
    Nos levantamos y fui a buscar a nuestras respectivas y a proponerles nuestro plan, mientras él le pedía una última botella al camarero. Cogiendo cada uno de los dos de la cintura a nuestra chica, nos dirigimos al ascensor del hotel donde le metí la lengua a Sara hasta la garganta arrinconándola contra el espejo a un lateral de la cabina.
    
    Mientras con las manos apartaba su falda por la raja del muslo hasta hacerme con sus nalgas desnudas por el breve tanga de encaje negro. Ellos podían ver el muslo desnudo de Sara hasta el culo.
    
    Mario y Nuria estaban en parecidos manejos. En el mismo espejo podía ver la mano de Mario agarrando con cariño un pecho de su mujer. Había apartado la tela del escote y Sara y yo pudimos ver el pezón oscuro desnudo entre dos dedos de su marido. Un momento más tarde nos miramos a los ojos los cuatro y nos echamos a reír.
    
    Cogidos de la mano llegamos a su cuarto y tirados en la enorme cama muertos de risa y medio borrachos. Ellas se ...
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