1. Mas sabe el diablo por viejo


    Fecha: 29/02/2024, Categorías: Anal Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    Hannah aceptó ir a acampar con sus amigas, amigos y amigos de todos ellos. Fue divertido pasaron una noche divertida, tomaron tanto que cuando ella despertó, ya no había nadie en el lugar.
    
    El encargado don Ramiro, un señor de más de cincuenta años le dijo que temprano todos recogieron casas de campaña, maletas y habían salido en sus carros. No quedaba más que ella que fue a vomitar, alejándose para que no la vieran y después se quedó dormida ahí, recargada en el árbol. Tampoco tenía manera de contactarlos, no había señal ni un wifi cerca.
    
    —Al rato voy por víveres, si quieres te dejo en el pueblo y ahí agarras un taxi
    
    —pero es que no traigo ni dinero, no se donde deje mi bolsa.
    
    —Uy pues esta difícil, yo pensaba cobrarle el viaje y con eso comprar mis cosas.
    
    —No pero yo se lo pago, se lo juro –dijo Hannah juntando sus manos como una súplica, mientras don Ramiro se rascaba la cabeza.
    
    —Se puede ir caminando, pero si son como 25 kilómetros
    
    —¿como cuantas horas? –pregunto ella casi preparada para salir corriendo.
    
    —como 5 pero se tiene que cuidar de los coyotes y más que nada de los narcos que por ahí tienen sus lugares para hacer sus cosas pues. Y tu niña mírate, así con ese short.
    
    Hannah llevaba esos shorts pequeños que dejaban ver un poco de nalga, aunque se llevó una chamarra, debajo llevaba una camiseta ligera con la que se marcaban sus pezones. Don Ramiro no podía dejar de ver sus ojos verdes en esa cara aún de niña, aunque ya tenía 18, Hannah seguía ...
    ... manteniendo esos rasgos de adolescente. Sentía el miedo y la desesperación en ella.
    
    —¿entonces como le hacemos? –pregunto por fin ella.
    
    —Pues yo te llevo niña, pero a mi me pagas de una manera u otra –dijo tomándola del hombro y ladeando su cuerpo haciéndole ver que no era dinero exactamente lo que buscaba.
    
    —¡NO! –dijo ella de inmediato y se alejó unos pasos.
    
    —niña, ayer se la chupaste al mamón que fumaba marihuana, todas tus amigas se la pasaron abriendo las piernas. No creo que te sea tan difícil.
    
    —¿está usted loco?
    
    —Mira, mientras báñate, ahí hay una regadera –dijo señalándole el baño—y enjuágate la boca que huele muy feo. Ya después me dices si me das las nalgas a mi y te llevo o te arriesgas tu sola.
    
    Hannah fuel al baño, se desnudó y baño con esa agua caliente en el balde mientras pensaba que hacer, seguro regresan por mi se decía sabiendo que no era seguro. A unos metros don Ramiro miraba por un orificio ese cuerpo esbelto, de piernas largas, las nalgas redondas de una joven de dieciocho, sus tetas tenían unos pezones pequeños y rozados. Una rubia perfecta.
    
    Para cuando ella salió con el cabello mojado y el cuerpo húmedo pues no tuvo con qué secarse, vio a ese viejo a la distancia, recogiendo la basura que sus amigo dejaron. Su piel morena y los brazos fuertes a pesar de la edad. Pensó que sería casi un acto de caridad para ese viejo. Se acercó y le dijo. “Ok”
    
    —¿qué pasó niña?
    
    —Se la voy a mamar y me lleva al pueblo –dijo aún con una risita ...
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