1. La abogada


    Fecha: 14/02/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... pantalón y saque mi polla. Estaba totalmente erecta, con las venas sobresaliendo y como nunca las había visto antes. Parecía que iban a estallar. Me acaricié los huevos, sacándolos por la bragueta, luego me agarré la polla con fuerza, notando como las venas todavía sobresalían más. Comencé a realizar un movimiento suave de mi mano, con fuerza, de arriba hacia abajo.
    
    Sí, cabrón, fóllame, fóllame, más duro, méteme toda esa polla dentro de mí, fóllame como a una puta. Decía Marta, recostándose sobre su asiento, elevando sus piernas, apoyando las rodillas en el canto de la mesa. Su movimiento con la mano era más frenético y se había desabrochado el botón del pantalón, dejando entrever el encaje de unas braguitas blancas-a juego con su camisa- sobre el que se hundía su mano.
    
    Mi mano seguía agarrando con fuerza mi polla pero el movimiento ya no era suave, era rápido, frenético, al compás de su mano y su conversación.
    
    Me sentía muy excitado, más excitado de lo que he estado nunca. El morbo de la situación era tremendo. Ver y escuchar a una Marta desconocida, como una leona en celo, era lo máximo.
    
    Si métemela por el culo, quiero sentir como va entrando y penetrándome, como mi culo se va abriendo, siii, ahhh, más, métemela más, más adentrooo. Seguía diciendo Marta, mientras el ritmo del movimiento de su mano era mayor y su pantalón se había abierto totalmente hasta la altura de las inglés. Ahora sus bragas se veían totalmente y con la mano bajo ellas en un frenético ...
    ... movimiento de arriba hacia abajo y de dentro hacia fuera.
    
    En ese momento, yo estaba a punto de correrme. El morbo y la excitación que me producía la situación despertaba mis más bajos instintos: su voz, su lenguaje sucio y su imagen desinhibida reflejada en la puerta. Ya no aguantaba mucho más. Había cerrado los ojos y estaba dejándome llevar.
    
    De pronto oigo, aaaggh y como si me hubieran presionado un botón, yo también me corro. Mi semen sale como un torrente y sin control, salpicando una pequeña parte en el cristal de la puerta y el resto por el suelo.
    
    Una vez que tomo consciencia de la realidad, de lo peligroso de la situación y del riesgo que estoy corriendo, me acerco rápidamente al baño sin hacer ruido, cojo unos cuantos papeles secamanos del dispensador y limpio rápidamente el suelo. Veo en el reflejo de la puerta que Marta está sentada, bien arreglada y tecleando en el ordenador.
    
    Me queda limpiar el cristal de la puerta, que es más complicado. Me agacho todo lo que puedo- casi estoy tumbado- y viendo en el reflejo de la puerta que Marta está mirando la pantalla del ordenador, tecleando, levanto la mano para limpiar la mancha de semen en el cristal, con mucha suavidad, sin hacer ruido. Lo he conseguido. Retiro la mano y miro a Marta por el reflejo. Ahora no está mirando la pantalla, ha desviado la vista y diría que mira hacia aquí, pero no estoy seguro. Tampoco me voy a quedar para averiguarlo, me voy hacia mi despacho y espero un rato más. Un rato, en el que no ...
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