1. Los deseos de Damaris


    Fecha: 19/12/2023, Categorías: Lesbianas Autor: ArgioB, Fuente: CuentoRelatos

    ... Lleva una falda de color negro con franjas blancas que le llega hasta las rodillas y una blusa blanca sin sostén que delinea su hermosa silueta y remarca sus pequeños y fascinantes senos. Su corto pelo negro, ha crecido un poco desde la última vez que la vi y luce cuidadosamente despeinada, con dos largos mechones cayéndole sobre el rostro. Sus rosados y carnosos labios añaden un atractivo al profundo color negro de sus ojos, que noto clavados en mí cuando le da un sorbo a su largo vaso con un líquido color rosado claro. No sé discernir si es atracción o sorpresa lo que le provoco, pero me sonrío tímidamente y eso es suficiente para que un escalofrío me recorra el cuerpo hasta sus rincones más recónditos. Bebo otro largo trago antes de que se acerque más a mí y me salude con un tierno beso en la mejilla, muy, pero muy cerca de la comisura de mis temblorosos labios. No sé si es el alcohol o su proximidad lo que me enciende, pero me pone la piel de gallina en un dos por tres.
    
    —Estás hermosa —dice, despacio, mirándome de arriba abajo.
    
    Intento responder «gracias», pero las palabras no salen de mi boca.
    
    —¿Qué te parece si vamos a sentarnos en el sofá? —interroga, pero más que una pregunta, es una sugerencia.
    
    Me dejo acompañar cuando me toma con sutileza por el brazo, para luego bordear mis hombros con un abrazo y comienza a hacer pequeños círculos con la yema de su dedo en mi brazo. Miro hacia una zona del salón donde más de una decena de invitados están contoneando ...
    ... el cuerpo al ritmo de la música, ocultos bajo la penumbra de las velas.
    
    Mabel, pasa por mi lado y nos cambia el vaso vacío por otro lleno de diferente color, tanto a Elisa, como a mí, nos dedica un guiño cómplice y se marcha agitando el cuerpo y los brazos alocadamente. Elisa, en vez de llevarme al sofá, me agarra por la cintura y me adentra entre las personas, y yo, instintivamente, comienzo a contonearme con lentitud, dejándome llevar. Me siento flotar y me encuentro bien, la timidez parece evaporarse junto al humo de los cigarros. En la penumbra, observo las siluetas de las chicas que bailan a mi alrededor, unas con chicos; otras con chicas, y comienzo a imitar sus movimientos sensuales, insinuantes, marcando sutiles círculos con la cintura y bamboleando las caderas, elevando los brazos por encima de la cabeza. Me siento tan abducida por la música y por mi baile particular, que no me percato de la proximidad de Elisa, hasta notar su aliento en mi nuca. El estómago me da un vuelco, pero no le rehúyo. Esbozo una media sonrisa y caigo en la cuenta de que no le había dirigido la palabra en todo el tiempo, pero hablar con ella es lo que menos me importa en este momento. Por primera vez la tengo cerca y no me siento intimidada. Por primera vez no deseo salir corriendo.
    
    El ritmo de la música ha cambiado. Ahora, comienza a sonar «primera vez» de Ricardo Arjona, tengo el cuerpo de Elisa pegado a la espalda y una mano en mi abdomen abrazando mi cintura. Comenzamos a movernos a ...
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