1. Historias de una milf (1)


    Fecha: 19/10/2023, Categorías: Masturbación Autor: Elizabeth_G7, Fuente: CuentoRelatos

    ... conveniente, pues no requiero de juguetes sexuales caros que no puedo pagar en este momento.
    
    Empecé con el mango del cepillo hace tiempo, pero ya no era suficiente, era demasiado pequeño para llenar mi hambriento agujero. Así que recientemente probé con un plátano. Era solo el principio. Compré un paquete de condones para experimentar con los artículos del hogar de forma segura.
    
    Tenía mis propias ideas sobre qué probar, pero tener conversaciones de sexo siempre me ha excitado, así que les pregunté a los extraños qué llegaron a mandarme correos. Recibí varias respuestas, algunas incluso divertidas. Pero todas muy sexuales y me ponían como perra en celo solo de leerlas/imaginarlas.
    
    Un buen día aproveche que mis hijas pequeñas dormían y mi hijo mayor estaba entretenido con su juego de video, tomé un par de pepinos que había comprado ese mismo día en el mercado.
    
    Me dirigí al cuarto de baño, me desnudé, abrí las llaves del agua y coloqué un gran espejo frente a mi en la ducha. Podía ver mis pezones duros a través del reflejo. Me senté allí con las rodillas levantadas y las piernas abiertas, frente al espejo mientras sentía como el agua caía sobre mi. Comencé a frotar mi clítoris y agarrar mis tetas. Miré en el espejo como mi peluda panocha se volvía más y más húmeda de flujos con cada movimiento. Deslicé mi dedo medio dentro de mí para comprobar si estaba lista para que lo penetraran cosas más grandes. Después de que me encontré lo suficientemente excitada, saqué mi ...
    ... dedo y lo lamí para limpiarlo. Me fascinaba el probar mis propios jugos. Me hacía sentir sucia. Volví a meter mis dedos en la abierta cueva que tenía en medio de mis piernas.
    
    Después de un par de minutos, me obligue a sacar los dedos para hacer espacio para mi próximo objeto, el artículo más popular que me sugirieron en los correos: el pepino. Era enorme, mucho más grande que un plátano o mis dedos. Fue difícil ponerle el condón y mucho más difícil meterlo en mi panocha. No tenía lubricantes, así que tuve que escupir una gran cantidad de saliva para que fuera más insertable.
    
    Primero, solo pongo la punta, luego me di cuenta de que necesitaría más fuerza para empujarlo más profundo, así que me arrodillé y me recosté lentamente empujando el pepino con el peso de mi cuerpo. Sentí mi vagina estirarse alrededor de la verdura.
    
    Grité de dolor y placer. Subí y bajé, montando el pepino, mi jugo se derramó sobre él, en mi mano, y corría por mis muslos cada vez que accidentalmente lo sacaba por completo.
    
    Me sugirieron que también probara zanahorias, pero después de un pepino, no pensé que serviría para nada. Me senté de nuevo, hacía tanto calor al ver en el espejo como mi panocha se come ese enorme trozo de verdura. Lo dejé mientras le ponía un condón al otro pepino. Era demasiado grande para ello, obviamente, pero era mejor que nada. Le puse mucha más saliva porque necesitaba más humedad para lo que pensaba hacer. Me incliné un poco hacia atrás, abrí mis piernas aún más y ...