1. Historias de una milf (1)


    Fecha: 19/10/2023, Categorías: Masturbación Autor: Elizabeth_G7, Fuente: CuentoRelatos

    Quiero contarles un poco de mí antes de ir a mi relato. Me llamo Elizabeth, o Eli como la mayoría suele decirme.
    
    Me describo porque sé que es una parte que los lectores disfrutan bastante.
    
    Soy una mujer madura de 40 años y madre de 5 hijos. A pesar de lo que pueda parecer esa primera descripción, no soy la típica señora dejada y poco atractiva. Todo lo contrario.
    
    Soy lo que comúnmente ahora llaman una milf. Tengo el cabello negro y largo, aunque a veces en mis momentos de locura lo he llegado a cortar demasiado. De hecho quienes me conocen me comentan que con el cabello corto me veo inocente y tierna, mientras que con el cabello largo me veo como vampiresa sexy. No sé si sea cierto esto, pero me gusta jugar de vez en cuando con esa dualidad. Un amigo me comentó una vez que me parezco a la actriz porno Nataly Gold. La busqué en Google para ver quién era y pues, no sé. Quizás sí, quizás no.
    
    Soy morena, de ojos cafés, nariz ancha, pero exquisita y labios gruesos y carnosos que me gusta lucir en labial rojo o negro dependiendo de la situación. A pesar de la edad y de ser madre, mi cuerpo se mantiene en un peso estable. Tengo tetas medianas, no muy grandes pero sí lo suficiente para divertir a mi pareja.
    
    Soy bajita de estatura, con cintura marcada, piernas gordas y caderas anchas y sexys. Y tengo un culo que si bien es ancho, no desentona con el resto de mi cuerpo. No niego que ya apareció la celulitis propia de mi edad, pero a pesar de no cuidar tanto mi ...
    ... alimentación como debería y sobre todo no acudir a un gym como muchas mujeres lo hacen a diario, la naturaleza me ha bendecido con un físico que muchas chicas de la mitad de mi edad quisieran tener.
    
    Y a pesar de que en mi vida diaria o en mi trabajo no me visto provocativa ni sexy, mi sonrisa, mi carita maquillada y mi culo grande hacen voltear a más de uno. Me divierte cuando alguien me está mirando descaradamente y volteo de repente para hacerlo sentir descubierto. O a veces con una sola mirada o sonrisa es suficiente para que alguien me compre un trago.
    
    Ese tipo de detalles pequeños que quizás para una chica joven no sean gran cosa, pero para las que ya llegamos a los 40 años nos llena bastante el saber que aún tenemos ese algo que a los hombres les gusta.
    
    El tener una familia numerosa que consiste de un hijo adolescente y varias niñas pequeñas no solo me mantiene ocupada con el enorme trabajo que requiere mantener/alimentar a mi familia, si no también me dificulta atender mis necesidades que me exige mi cuerpo. He tenido algunas experiencias muy malas con hombres, así que a veces prefiero darme placer yo misma en vez de tener una pareja estable.
    
    La falta de privacidad en mi pequeño hogar me ha obligado a aprovechar el tiempo que estoy en la ducha para masturbarme alejada de las curiosas miradas de mis hijos. A veces, mientras me estoy dando placer a mí misma, me sorprende el extraño deseo de poner cosas en mi panocha que no están diseñadas para estar ahí. Es un impulso ...
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