1. MUCHO MÁS QUE DIEZ KILOS!


    Fecha: 13/05/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... relajé a su lado, retornó con sus manos a estrujarse las tetas. «¡Papito! ¡Qué rico! ¡Dale! Seguimos.» Se levantó y se puso en cuatro en el borde de la cama. Lo primero que hice fue besar, lamer y chupar concha y culo. Los fluidos que quedaban los llevé, primero con mi lengua a su ano, luego con el glande, de la concha al ano, varias veces. Volví a lamerla y descargué saliva. Con el glande la desparramé por el hoyo, metí un dedo, luego otro, luego otro… «¡Así! ¡Así! ¡Sssííí! ¡Esooo!» Estaba suficientemente lubricada… Apoyé el glande y empujé. «¡Dale papi! ¡Sí! ¡Así! ¡Te siento! ¡Qué lindo!» Ya había entrado todo el glande. «¡Dale más! ¡Adentro! ¡Adentro! ¡Toda adentro!» Meta bombear… Varios minutos, mientras acariciaba y besaba la espalda, el cuello, los cachetes del culo, me acomodé sobre ella, enancado. «¡Como me gusta!» Gaby no paraba de gozar con sus palabras. Allí supe que es difícil que deje de hablar cuando coge…, aunque tenga la boca ocupada. Seguí bombeando. Gaby me acompañaba con la reculada. Le metí un par de dedos en la concha y acaricié el clítoris descapullado con el pulgar. Gaby estaba firmemente apoyada en sus brazos. Seguía con el bombeo y la reculada. Yo no quería acabar todavía. ¡Quería metérsela en la concha! Pero ella no esperó más y se mandó un nuevo orgasmo. «¡Papi, qué feliz me hacés!» 
    “Se la saqué del culo… Mientras se la enterraba en la concha, súper mojada por sus orgasmos, Gaby comenzó a expulsar fluido del orto. ¡No sé de donde lo sacaba! Me ...
    ... aferré a las caderas y empujé hasta el fondo. ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! Sonaba el vaivén de mi ingle, mientras la pija recorría el húmedo y aterciopelado interior de la gordita. ¡Una maravilla! «¡Ooooooh! ¡Oh Dios!» Gaby gritó, para variar. No quiero ni pensar qué pasaría si alguien estaba en el pasillo. Para ella estábamos solos en el medio del desierto. Refregaba las caderas y los glúteos contra mí. «¡Llenalo papito, llename el culo! ¡Quiero toda tu lechita dentro de mí!» «¡Si mamita! ¡Ahora vaaaaa!» Rebuznos, gemidos y gritos de ambos. Me aferré con un fuerte abrazo a sus caderas para no perder la profundidad ni el equilibrio. ¡El sacudón de Gaby casi me tira! Nos estremecimos durante varios segundos. Yo caído sobre su espalda tenazmente tomado a ella. «¡Dios, Dios! ¡Es el placer de la gloria!» ¡Gaby no podía dejar de exclamar! ¡Mi corazón se salía del pecho! «¡Qué tibia y húmeda me dejaste la conchita! ¡Es para beberlo todo!» «¡Si, mi amor! ¡Me la tomo toda!» «¡No te la tragués! ¡Dámela a mí!» Ahora sí, se la pude sacar sin caerme. Me agaché y fui con mi boca a su abierta raja, que pulsaba como un corazón. Sorbí sin dudar. ¡El coctel de sus fluidos y mi semen era para la borrachera total! Retuve todo lo que pude en mi boca y fui hacia ella, sobre la cama. Ambos acostados como si estuviéramos en un misionero, pegamos nuestros labios. Mi lengua pasó a su garganta todo lo recogido. Gaby trago anhelante. «¡Augh! ¡Augh! ¡Uummmmmm! ¡Qué rico! ¡Gracias Dani! ¡Las ganas que tenía! ¡Me ...
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