1. Una rosarina de sociedad


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Soledad2010, Fuente: CuentoRelatos

    ... misma noche después de comunicarnos con los que quedaron en la playa, nosotros estábamos en su cama matrimonial, lo cabalgue, jugando en cuclillas hasta que me penetrara toda su espada, luego tirando mi cuerpo hacía atrás entre en trance, un trance de sueños y goce que volvieron una y otra vez me quede besándolo, durmiendo en descanso su falo dentro mío.
    
    Decir que era su puta, es poco, despertarlo a la mañana mamándolo, riéndome de su carrera al baño y persiguiéndolo, para después arrodillada chuparlo dejándolo limpio, me enloquecía como me tomaba la cabeza mientras dentro de mi boca hasta mi garganta apoyando en mi lengua esa cosa hermosa, a la cual succionándola apretándola entre mis labios me largo todo ese semen, que trague todo, haciéndonos gozar mutuamente.
    
    Al cuarto día me fui a la pensión, verdaderamente quería rendir esa materia que me quedaba, pero a la noche me encontré masturbándome, hablando a mi imagen al espejo, recordando tal cual ahora, más sabiendo que Sara se había ido, con ganas de que alguien me penetrara, cualquiera, al otro día lo llame, desde mi celular, esa noche me consoló, mi coño virgen hasta ese día cedió en su embate, no fue otra cosa que dolor más que goce, pero su semen en mis entrañas, era una experiencia de goce no sentido con nadie.
    
    Todas las noches, un rato, un momento, permitieron que terminara la materia, ¡aprobé!, el último año ahora podía iniciar la residencia, ...
    ... como me quedaba cerca la hice en el hospital del Centenario, donde Esteban era jefe de servicios, se nos hacía difícil encontrarnos, hasta que al año pude empezar las guardias, esa cama fue mi compañera, primero fue el, Esteban ese día me prepare el guardapolvo y una braga con botones de presión que saltaban poniendo el dedo entre ellos, subirme arriba de la cintura y quedar disponible era un instante, creo que no duraban más de tres o cuatro minutos, me apoyaba sobre la cama y me introducía por debajo de las nalgas en mi vagina que recibía dichosa.
    
    Carlos contento seguía siendo mi novio y cada día se convencía que nos casaríamos, en esos días un residente nuevo llego, lindo chico, una a una de las residentes fuimos pasando por su lecho, su falo era corto y gordo por eso decidí cabalgarlo, ahí me di cuenta que Esteban era el hombre que mi vagina quería.
    
    Ya hace dos años, la prueba de embarazo dio positiva, cuando le dije a Carlos, puso fecha de casamiento, la ceremonia nos reunió a todos, mi primo, Esteban, mis compañeros residentes, mi familia, los amigos y Sara y Ernesto, fue la primera vez, que escuché la palabra de Ernesto clara en mis oídos, todavía me sigue extrañando lo que me dijo. ¿Quién es el padre?
    
    Ahora ya saben la historia de una vecina de Bulevar Oroño, vivimos con mis suegros, el nieto de ellos, es igual al hijo cuando era chico, recordando las palabras de Ernesto tengo que sonreír nuevamente. 
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