1. Una rosarina de sociedad


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Soledad2010, Fuente: CuentoRelatos

    El hermoso Bulevar, con sus verdes profundos, enmarcan al lujoso edificio de pisos lujosos, que esconden historias impensadas de vivencias juveniles, ligadas a la sociedad adulta algunas en el amor filial la mayoría en el sexo entre seres humanos.
    
    Un paseo por la Avenida Costanera, en la mañana del Domingo, sin el tránsito automotor, le da paz y la hace pensar, el monumento a la bandera argentina le pareció un gran falo con sus testículos (otra vez el sexo en sus pensamientos) ahora era toda una mujer, 27 años, profesional médica, con su cuerpo sensual, agradable, atlética, sabía que era una mujer deseable, lo que no sabían quizás, los que la miraban su vida, sus pensamientos y menos sus vivencias.
    
    Sonrío de su ocurrencia sobre el monumento, pero sus recuerdos la llevaron a diez años antes, cuando llego de ese pueblo vecino cercano parando en esa estación cerca del río, su primo un año mayor había sido quien la introdujera en los juegos del sexo, ahora la acompañaba a iniciar sus estudios universitarios, ese fue la última vez que lo hizo con él, algo se le había despertado, sus objetivos no incluían a su primo, tampoco olvidaría que fue el quien le enseño entregarse totalmente, desde los quince, en esa tarde en la casa de los abuelos, cuando ellos estaban de viaje, cuando la beso y le acerco la mano a su falo para ella enorme, como naturalmente se desnudaron y la penetro, ese dolor y goce, esa irritación y esa ganas de gozar, era una mujer a la cual le gusto eso de ...
    ... hacer el amor, el mismo primo la llevo a mamarle esa barra que de tomársela a llevarla a su boca, saboreándola paso solo días, fueron dos años de carne, otra vez sonrío, era una etapa superada pero que la marco.
    
    Del pequeño hotel donde se despidió de su primo, sexualmente hablando, al otro día se presentó en la pensión que su tío el médico, le había conseguido, este tío era hermano de la madre y en ese momento estaba de vacaciones.
    
    Doña Sara y su marido eran los responsables, mi primo como amante se había despedido de mí en el hotel, no soportó mis palabras de cortar la relación y se fue desde ahí, él sabía que cumpliría.
    
    El pasillo de entrada desembocaba en una galería abierta las habitaciones daban a ella, la mía daba a la calle, el baño estaba cruzando el pequeño patio, era una típica casa chorizo, Doña Sara era toda regordeta, su cara su cuerpo Ernesto su marido, era sordo de usar audífonos, pero ambos son dos personas hermosas, lejos de la maldad de aparentar, de esconder el verdadero ser para poder sobrevivir mejor.
    
    En el curso de ingreso, me encontré con distintos tipos de personas, no sé si el me vio primero o yo a él, pero la atracción fue instantánea, era el un médico recién recibido adjunto del curso, fuimos al bar de la esquina frente a la entrada de Odontología, nos fuimos conociendo, a los dos meses, me acosté por primera vez con él, fue en un hotel alojamiento cerca de la facultad, tengo que sonreír nuevamente, esa vez tuve que contenerme de mis ganas ...
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