REGRESAN LOS KILOS QUE ME HACÍAN FALTA! - Relatos Eróticos

REGRESAN LOS KILOS QUE ME HACÍAN FALTA!

... como siempre! Pero no acabés muy rápido. Quiero mamártela antes.
-Si, tesoro. Conozco tus gustos.
-¿Vos también? – Ahora fue Clarisa quien se separó de la concha de Gaby para hablar. - Yo siempre le pido que me acabe en la boca.
-¡Jajaja! Yo también la quería. ¿Viste que sabrosa es? 
-¡Una maravilla!
	Yo estaba penetrando despacito. ¡Se sentía magnífico!
-¡Tesoro! ¡Los diez años no pasaron para vos! ¡Seguís culeando como siempre!
-¡Para vos no pasaron! ¡Seguís teniendo un culo y unas tetas maravillosas! – Nos alabamos mutuamente. ¡Plaf! ¡plaf! ¡plaf!… y chirlos, más chirlos, más y mejor.
-¡Gaby! ¡Qué sabrosa sos! – Clarisa insistía con la “calidad” de los fluidos de la gordita.
-¿Te gusta tesoro? ¡Vos también estas riquísima! – Gaby no desmerecía los cumplidos.
Yo esperaba tranquilo los orgasmos de las dos. ¡No falta mucho!
-¡Sísísí! ¡Ya vaaaa! – Gaby mandó tremendo chorro a la boca de Clarisa.
-¡Sííí! ¡Qué ricoooo! ¡Va la míaaaa! – Y retribuyó el placer en la boca de Gaby. 
-Bueno chicas. Ahora es la mía… 
-¡Esperá, esperá! ¡Te la quiero mamar! ¡No me dejés con la ganas! - Gaby se paró. 
No tuve más remedio que sacársela. Se arrodilló frente a mí y se la metió hasta la campañilla…
-¡Aaggh! ¡Aaaghhh! ¡Huuugggmmm! 
-¡No tanto, tesoro! ¡Te quiero acabar en el culo!
-¡Ya sé! ¡Pero dejame dar el gusto! – Gaby volvió con la pija a su boca.
-¡No le hagás acabar, Gaby, por favor! – Clarisa le rogaba. - ¡Cuándo te llene el culo me la quiero beber!
-¡Si, mi ...

... amor! ¡Pero me tenés que dejar algo a mí! – Gaby reclamaba su parte.
-¡Claro! ¡Yo me ocupo! – Clarisa pretendía dejarla tranquila.
Se volvieron a acomodar para el 69. Nuevamente el culo de Gaby estaba a mano. Me enanqué y se la metí de una. Ahora sus propios jugos la habían lubricado. El mete y saca es sabroso y sencillo. Y súper caliente. ¡Hasta el fondo! Asomaba apenas la cabeza y nuevamente hasta el fondo. ¡Ahora sí le voy a llenar el culo! Gaby no dejaba de gritar de placer. Clarisa cada vez que podía me lamía y chupaba los huevos. Y no dejaron de tener nuevos orgasmos. ¡Zas! Líquidos por todas partes. 
-¡Ahoraaa! - Y le llené las tripas con cinco o seis chorros de semen. 
-¡Qué rico es sentir tu cremita tibia!
-¡Quedate así! Yo salgo. - Clarisa se fue corriendo despacio de debajo de Gaby, sin moverla demasiado. La fui sacando despacito. La nena la lamía a medida que salía… En cuanto la saqué del todo, pegó su boca al ano de Gaby con los ojos cerrados. Clarisa chupaba todo el semen que Gaby expulsaba.
-¡Eh! ¡Qué lindo qué es! Nunca me lo habían hecho. ¡Con ustedes se aprende siempre!
-¡Son ocurrencias de Papi! – Apenas despegó los labios para hablar. 
-¡Dani es genial! ¡Con nosotras también inventaba cosas! – Gaby seguía con el culo bien parado, hasta que Clarisa absorbió todo. Clarisa se irguió. Gaby hizo lo mismo.
Se besaron ardientemente, como dos enamoradas de siempre. Clarisa depositó una buena cantidad de semen en la boca de Gaby. Ambas tragaron riendo. ...