REGRESAN LOS KILOS QUE ME HACÍAN FALTA! - Relatos Eróticos

REGRESAN LOS KILOS QUE ME HACÍAN FALTA!

... siempre tersa y sonriente. ¡Era una mujer feliz! 
La novedad es que ahora está totalmente depilada. Los labios mayores ofreciéndose como pan de hamburguesa…
-¡Qué hermosa la tenés, tesoro! ¡La conchita veterana más hermosa del mundo! – Lamí los labios externos desde el ano al Monte de Venus.
-¡Seguís siendo único Dani! – Gaby sonreía y suspiraba de placer. – Nena, preciosa, vení, trae tu conchita a mi boca. - Prestamente, Clarisa se acuclilló sobre el rostro de Gaby.
	Gaby la tomó de las caderas, y comenzó con sus sabias y ardientes chupadas. Yo recordaba que no había ninguna de sus empleadas que la rechazara cuando Gaby quería chupar. ¡Y no por ser la jefa! 
En un momento Gaby giró un poco la cabeza para hablar.
-¡Dani! ¡Te ganaste el elixir del mundo! ¡Riquísima la nena!
-¡Jajaja! – Clarisa se reía, mientras gozaba. Yo no veía, pues estaba con mi boca hurgando los pliegues de la concha de la gordita. ¡Tan exquisita también!
	Estuvimos más de diez minutos chupando, lamiendo y besando, gozando y gozando. 
-¡Gaby, Gaby! ¡Acaboooooo! – ¡Clarisa con su grito de guerra!
-¡Siiii! ¡Toda la exquisitez! 	¡Nena! ¡Qué rica sos! – Gaby comenzó a estremecerse. - ¡Ahí va la mía, papito!
	Me imaginaba. ¡Litros de chorros inundaron mi boca y mi rostro! Su siempre añorado juguito, levemente ácido y saladito…, con leve sabor a vainilla.
Clarisa se acostó. Me levanté y le retiré el vestido a Gaby. Totalmente desnuda con todas sus carnes brindando el placer de verla. Las soberanas ...

... tetas, tan jóvenes, con la areola y los inmensos pezones, apenas marroncitos.
-Las tengo un poco caídas… – Gaby sabía que yo la miraba arrobado. - ¿Te gusto todavía? 
-Si, mucho. ¡Muchísimo! 
-Vení Gaby. Vení conmigo. – Clarisa la llamaba. - ¡Subite! ¿Qué te parece?
-¡Síííí! ¡Jajaja! El turrito de tuuuu… “marido”… me la quiere meter por el culo ¿no?
-¡Jajaja! ¿Cómo te diste cuenta? – Yo estaba parado mirando cómo las dos bellezas se acomodaban para el 69.
-Porque te conozco… “libertino”… ¡Jajaja! 
Por supuesto…, acaricié, lamí y besé todo el maravilloso culo de Gaby, cada centímetro. Las chicas ya estaban chupando…
-¡Ay papito! ¡Seguís siendo un campeón! – Gaby apartaba la boca de la concha de Clarisa, para hablar. -  ¿No es cierto, nena? ¿También te acaricia y besa tanto antes de metértela?
-Siempre, siempre. ¡Es lo lindo de papi! 
-No tenés idea de cómo lo buscaban las chicas cuando se corrió la vos que era tan cariñoso. Tu macho no pasaba noche sin tres o cuatro. ¿Ahora seguís en la misma?
-¡Noooo! ¡Ni loco! ¡Tengo 55! ¡No es posible!
-¡Jajaja! ¡Te tomás el tiempo necesario! – Gaby chupaba y hablaba al mismo tiempo. Siempre era así. ¡Cuando la mamaba también!
Me acomodé atrás de Gaby. Le retiré suavemente el plug y le unté el ano y mí glande.
-¡No hace falta papito!
-Lo sé, pero me gusta que se deslice bien…
Clarisa chupaba y lamía los testículos, cuando los tuvo cerca. Me enanqué sobre los glúteos de Gaby y comencé la penetración. 
-¡Ay Dios! ¡Tan lindo ...