1. REGRESAN LOS KILOS QUE ME HACÍAN FALTA!


    Fecha: 03/05/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Debo reconocer que me sorprendió haber encontrado a Gaby en el mismo lugar de trabajo diez años después. O es una excelentísima  jefe de personal, o… cada vez coge mejor, y Alex seguía encantado con ella… ¡Me inclino por ésta última posibilidad!
    	Pasaron algunos minutos luego que Clarisa llamó a Gaby. Unos golpecitos en la puerta. Clari fue a abrir, apenas cubierta con una camisa mía, sin abotonar.
    -¡Hola Gaby! ¡Qué lindo que viniste! 
    -Les agradezco mucho que me hayan llamado…
    -Fue idea de Clarisa, te aclaro. – Mi intención es que no piense que hago algo que podría disgustar a la nena.
    -¡Muchísimas gracias, tesoro! Me ha hecho muy feliz que Dani todavía recuerde mi “compañía”…  
    	La opípara Gaby seguía siendo la misma. Un vestido muy suelto, seguramente sin ropa interior, por lo menos sin tanga, y con sus gigantescas tetas soportándolas con los brazos cruzados bajo ellas. – Estoy segura que la pasaremos muy bien…
    Me levanté en bolas, luciendo la pija bien al palo…
    -Te esperaba “presto”, tesoro. – Me dirigí a la puerta. Bien cerrada y el cerrojo bien puesto.
    -¿Sabés Gaby? Dani me contó lo bien que la pasaba con vos… - Clarisa resaltaba su acuerdo.
    -¡Jajaja! ¡No solamente conmigo! Les bajó la caña a todas las chicas del hotel. ¡No se salvó ninguna de aquella época! Bueno…, en verdad no puedo decir “que no se salvó ninguna”… Ellas me lo pedían: «¡prestame a papito por una noche, por favor!»
    -¡Jajaja! ¡Pero vos siempre fuiste la primera! – Yo aclaraba que su ...
    ... “prestación” estaba por encima de todas.
    -¡Siiii turrito! ¡Las veces que me dejaste plantada!
    -Sólo cuando estabas ocupada con alguna de tus empleadas…, y no siempre “por trabajo”.  No te olvidés que vos también tenías tus ocupaciones “extracurriculares”. – Yo me había agarrado el tronco y lo sacudía delante de Gaby. - ¿Y ahora? ¿Estás bien dispuesta? 
    -¡Jajaja! ¿Qué harás vos? - Clarisa se reía. No sé a quién le preguntaba. Tal vez a los dos.  
    -¡Todo lo que sea necesario para que la pasemos muuuuy… bien! ¡Fijate! – La gordibuena se dio vuelta, se levantó la pollera y mostró el culazo… ¡Un soberano plug, con un corazón grabado en el aro de retención! – Para que te sea más fácil, tesoro… Por eso me despabilé rápido cuando tú nena me dijo que viniera unos minutitos. ¡Jajaja!
    -¡Empecemos por el principio! – Me acerqué a Gaby. La abracé y besé. Un mutuo y ardiente beso de lengua.
    -¡Entonces te la mamo! – Gaby ya se estaba agachando.
    -No, no. Esperá. Primero yo… - La hice sentar en la cama. – Dale, acostate y abrí bien las piernas. 
    	Me arrodillé, levanté sus piernas y las llevé a sus tetas. Gaby las sostuvo por los tobillos. A pesar de sus kilitos se mantiene ágil, gracias al sexo permanente. Cuando estuve trabajando, hace diez años atrás, Gaby tenía tres o cuatro polvos por día, con tipos distintos, sin contar los de la noche con el patrón, Alex, o con su marido. 
    Besé suavemente los muslos, suaves, sedosos. Los años no pasaban nunca para la gordita, más allá de su carita ...
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