LA AMIGA DE CLARISA - Relatos Eróticos

LA AMIGA DE CLARISA

... el chico a quien se quería coger desde hace cinco años! Ahora fui yo quien se arrodilló a beber los jugos de Sally y el semen de Charly. En este caso fue Sally quién también se la limpió. Luego Sally me lo dijo al oído: «Por culpa de este pelotudo me tuve que tragar más de cien pijas en cinco años… ¡y no te cuento las pajas!»
-Vamos a la cama que estaremos más cómodos. – Sally tomó la iniciativa.
Cada una tomó una las manos de Charly. De paso, Sally también lo agarró la pija. Llegados a la cama, Sally se puso en cuatro en el borde.
-¡Metemelá ahora! – Ya se le fue el temor que Charly la rechazara.
-¿En… la cola? – Charly seguía indeciso.
-Donde quieras. Donde más te guste, en la concha o el culo. Me gusta en cualquiera. 
Ante las dudas del pibe, me paré a su lado, lo masturbé, hasta se la chupé un poco para que este más caliente, y le apunté la chota al culo de mi amiga. Sally reculó cuando la sintió, y yo lo empujé hacia adelante. ¡Al fin le metió la cabeza!
-¡Ahora! ¡Ahora! ¡Hasta el fondo! – Sally daba “órdenes” a los gritos. Lo empujé hasta que las bolas golpearan en la concha. – Ahora bombeá despacito. Lo guié para que la sacara y metiera. Sally acompañaba con el movimiento de las caderas.
-Tomala de las caderas, y seguí vos. - ¡Al fin parecía que aprendió!.
Cuando agarró el ritmo me acosté con la entrepierna bajo la cabeza de Sally. Con ella tuve el único orgasmo de la noche. ¡La chupa tan rico! Yo estaba caliente, pero por Sally, no por el boludo. ¡Ni ...

... películas porno debe haber visto! Estuvieron así como 20 minutos. Sally tuvo dos orgasmos más en el ínterin. ¡Tan caliente estaba, que se cogía sola! Él acabó luego de gemidos, suspiros, aullidos. ¡Una bestia pelotuda! Para mostrarle como se hacía, le chupé el culo y la concha a Sally. La pija se la limpió ella. ¡Y al final nos cagamos de risa los tres!
-¡Mirá qué te resulta difícil! – Lo afirmé mirándolo a los ojos.
-Es que yo nunca había estado con una mujer. Tenía mucha vergüenza. 
-¿Se te fue la vergüenza? – Pregunto Sally. 
-Si, ahora sí. – Charly respondió.
-¿Podemos seguir entonces? – Sally seguía ansiosa. Quería recuperar en una noche todo lo que no había podido hacer en cinco años. 
-Sí, claro. 
Lo acostamos boca arriba para montarlo. Primero me monté yo, con la pija en el culo. Sally se sentó sobre su cara. ¡El todavía no la había chupado!
-Chupámela como lo hace Clarisa. 
Yo cabalgaba enérgicamente.
-Agarrame de la tetas. ¡Dale! – Tenía que decirle que cosa hacer.
Charly me las agarró, con total inexperiencia. ¡No sabía ni amasarlas! 
-Eso, así se hace. Chupale bien la concha a Sally hasta que se venga en tu cara y luego tragate todo. - ¡Vamos a ver sí aprende de una vez!

“Luego de unos diez minutos, Charly acabó nuevamente, esta vez en mi tripa. Unos minutos antes había acabado Sally, así que se levantó para chuparme el culo. A Charly le gustaba la cosa, sobre todo cuando luego se la mamaba.
Habían pasado como tres horas que estábamos dale que te dale para ...