Esposa compartida cuarta vez - Relatos Eróticos

Esposa compartida cuarta vez

... cama para que ella se lo chupé. Absorta ante ese negro retinto que tenía una pinga nunca vista solo atinaba a darse gusto. Por mi parte preocupado en saber cómo iba a hacer para comerse semejante pinga, esperé a ver cómo se desenvolvian los sucesos.

Luego el negro cargando a mi mujer como papel la echó a la cama para meterse con cabeza a la concha y dando saltitos en la cama soltó su primer orgasmo, luego subió a las tetas que por completo entraba en su boca. Luego colocándose encima de ella le colocó la cabeza de la pinga en la entrada de la concha y preguntó si la quería de golpe o de a pocos
Ella respondió de a pocos por qué quería seguir viva. Por cada empujón era un grito y conforme avanzaba se hacía más sonoro y venía acompañado de lágrimas.
Después de media hora ya lo tenía todo adentro y con pequeños movimientos dieron inicio a unas salvajes movidas hasta que con un grito finalizaron el primer encuentro. Descansaron y mientras él contestaba algunas preguntas diciendo que brinda sus servicios a mujeres de alta sociedad así como a reinas de belleza mientras mi señora le acariciaba el cuerpo y su pingota.

Al ponerse dura otra vez , él preguntó si ahora sería por el culo. Mi señora dudó antes de responder que sería otra vez por la concha. El negro la alzó y le hizo un 69 parado, luego en piernas al hombro la clavó por 10; minutos, luego en perrito, ...

... después boca abajo y luego la tomó y en el aire le metía la pinga y en cada empujón parecía que volaba en el aire y dejandola en la cama le preguntó la pose que ella prefería y agarrándole la pinga y poniendo cara de cándida le dijo, si acepto boca abajo no me matará. El negro recién mostró sus dientes en un jajaja 
Colocándose encima de ella comenzó a meterle poco a poco su tremenda pinga hasta que la tuvo toda adentro y con mucha fuerza empujaba hasta el fondo de ella y después de gozarse se vaciaron dejando toda la leche muy dentro de su concha.

Se desconectaron y ella le pidió que por el tiempo que falta , intente metérsela por el culo. Se pusieron en posición y en los intentos él trataba de meterlo pero no se podía por qué estaba bien cerrado pero insistió en uno de sus últimos intentos logrando meter la mitad de la cabeza que hizo que ella se retorciera en la cama de dolor, me acerqué a consolarla y el negro todo indiferente se alistó y se fué, dejando a mi señora adolorida con toda la cara manchada por su maquillaje chorreado por las lágrimas y el sudor del tragin.

Al salir el vejete le acariciaba el pelo diciendo pobrecita ese negro desgraciado la ha hecho sufrir, asumí que estuvo viendo todo el espectáculo.

En casa nos bañamos y en todo momento me agradecía diciendo que si no amanecía viva recuerde que siempre me quiso. Nos quedamos dormidos abrazados