Secuestrada por mi Tío (Entrenamiento en cabinas) - Relatos Eróticos

Secuestrada por mi Tío (Entrenamiento en cabinas)

... entrar en el pasillo mi tío me dijo muy claro que lo mejor era disfrutar. La droga hacía bien su efecto pues no podía hacer más que desear coger, solo con caminar ya mis muslos me estimulaban la vagina, mi tío entró a la cabina conmigo y varios hombres nos vieron entrar mismos que nos siguieron muy de cerca sabiendo bien a lo que iban.

La cabina solo era un cuarto diminuto con cuatro puertas y una pared de cristal polarizado, de esos que por un lado es ventana y por el otro es espejo. El lado del espejo estaba del lado del cuarto.
- Muy bien Lupita- dijo mi tío apenas entramos a la cabina- ya sabes que va a pasar, así que te dejo para que te diviertas, te estaré viendo, así que más vale que me des un buen espectáculo.
Tras decir esto, mi tío salió de la cabina, dejándome sola son los hombres.
Eran tres, en cuanto salió mi tío, los cabrones se abalanzaron contra mí.
El primero se acercó rápido y sin decir nada más, metió su verga entre mis tetas y empezó a masturbarse con ellas.
El segundo se me acercó por detrás y sin dudarlo empezó a manosearme las nalgas
El tercero también se acercó de prisa, tomó mi cabeza y empezó a restregarme su verga parada por las mejillas, casi por instinto la tomé con mis manos y empecé a chuparla, con gula, parecía un bebé aferrado a su biberón.
De inmediato los tres empezaron a soltar toda clase de vulgaridades.
- ¡Su puta madre! - dijo el primero- ¡pinche puta! ¡Tienes las tetas más ricas que haya probado! - Agarraba mis tetas con ...

... fuerza y las apretaba y movía las caderas más rápido para darse más placer- ¡Carajo! ¡La mejor rusa que he sentido en años!
El segundo, se me acercó y sin importar que se la estuviera chupando al otro, me susurró al oído:
-Que ricas nalgas tienes pendejita, me encanta tu pinche culote- mientras decía esto me apretaba las nalgas con fuerza – Desde el momento el que te vi no pensé en otra cosa que tener tus nalgotas en mis manos, no sabes cómo me muero por clavártela.
El tercero era el que estaba más extasiado
- ¡Oooooh!¡SIII! ¡PUTAAAA!  ¡PUTAAAA! ¡ESO PERRA! ¡CHUPA! ¡CHUPA! ¡NO PARES PENDEJA! ¡QUE ES PARA LO ÚNICO QUE SIRVES PUTA DE MIERDAAAA!
Yo, lejos de sentirme mal u ofenderme, estaba calientísima, estaba hirviendo de gusto, tenía a tres desconocidos tratándome como su juguete sexual, insultándome y no me importaba una mierda. Estaba fuera de mis casillas, estaba loca, excitada, mi vagina escurría jugos como una fuente, no podía pensar en otra cosa que no fuera sacarles la leche a estos tres idiotas.
De pronto sentí como si la concha se me abriera de par en par, el pendejo que tenía detrás acababa de metérmela y empezó a cogerme con fuerza.
El pendejo al que se la chupaba hizo que quitara mis manos, luego tomó mi cabeza y empezó a clavármela duro por la garganta. Yo sentía que me moría de gusto, la verga de eses idiota me estaba ahogando y no me importaba, en mi cerebro solo había una idea:
PLACER, PLACER, PLACER, PLACER, PLACER, PLACERPLACERPLACERPLACERPLACER
- ¡QUE ...