1. Decian que pareciamos padre e hijo


    Fecha: 15/09/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Nunca había conocido a mi padre y mucho menos sabia como era o como se llamaba. Hasta que un día mi madre se decidió a presentármelo. Para mi sorpresa había sido mi amante desde hacia ya unos días.
    
    Lo conocí una noche en una discoteca en la cual trabajaba como bartender, aquí en mi país santo domingo. Aquel oso espectacular son un pechaso y unos brazos envidiables. Unas nalgas que cualquiera daría lo que fuera por estar dentro de ellas o por solamente acariciarlas. Yo estaba molesto esa noche puesto que a mi no me gustaba usar el uniforme de la discoteca porque me daba calor,pero había estado trabajando con mi jefe en una escenografía de un espectáculo en el hotel jaragua . y no me había dado tiempo a ir a mi casa. Apenas me di un medio baño. Y me puse el t-shirt del club. La disco apenas tenia 2 meses de abierta o sea que se pueden imaginar el genterio que había. Me habían mandado a buscar unas cervezas frías al almacén y tenia que pasar por medio de toda la gente. Yo molesto por la arrechera de estar cansado, sucio y para colmo con uniforme. Caminando con mis cajas de cervezas al hombro lo vi, parado en una columna mirándome como diciendo deja eso y vámonos. Pero puesto como yo estaba vestido no creí que fuera a mí me mirara así. Seguí cargando mis cervezas, y no lo vi donde estaba antes, respire hondo y dije que lastima se fue con otro, seguí caminando hacia el bar y allí me lo encontré parado frente a frente mío. Tapándome el camino. El solo ver esos ojos color miel y ...
    ... ese candado precioso que le rodeaba la boca. Me dijo que quería una cerveza y que necesitaba que fuera yo que se la vendiera.
    
    Ufff que rico él tenerlo cerca, media unos 6 pies. Su voz era muy sensual y bien varonil, me dijo que se llamaba Alejandro que era mejicano. Yo lo miraba y no podía apartar mi mirada de aquellas tetillas que se le veían por debajo de la camisa casi transparente que traía puesta. Esas nalgas en su pantalón de lino crema. Aquella noche prometedora que me había formado en mi cabeza con tan solo tenerlo cerca y cruzar un par de palabras. Le di la cerveza me la pago y se fue. Wow lo perdí, eso fue lo que pense y mi molestia anterior volvió. Discutí con un compañero. Estaba yo muy tenso. Y pedí permiso para irme.
    
    Fui al camerino recogí mis cosas y me dispuse a marcharme a mi casa. Cuando ya en la salida, me lo encontré de nuevo. Me miro y le pregunte que si ya se iba a lo cual me respondió que solo si era conmigo. Me sonreí y le dije que nos fuéramos. Tomamos un taxi en dirección a su hotel. y ahí comenzó lo que para nosotros era una broma. El taxista que me conocía me dijo oye tu papa te quiere mucho que viene aquí a la discoteca a buscarte. Yo lo mire y le dije que no era mi papa. Y el me sonrío y me dijo que éramos demasiado parecidos, que cualquiera pensaría que somos padre e hijo.
    
    El hotel donde estaba hospedado no permitía visitas a la habitación a menos que fuera un familiar cercano. A lo que recurrimos a decir que yo era su hijo y nadie dijo ...
«123»