1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (31)


    Fecha: 09/09/2018, Categorías: Hetero Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... se levantó y me colocó arrodillado con el culo en pompa, ofrecido a él y tiró de mis nalgas abriéndome todo lo podía hasta sentir su boca pegada en mi ano expeliendo el caliente aliento.
    
    Estuvo unos minutos comiéndole el culito, logrando que gimiera enloquecido tirando el cuerpo hacia él en un deseo alocado de que me penetrara llenándome.
    
    -¡Dame la verga mi vida! Métela amor, no puedo soportarlo. -mis gemidos y lamentos se había convertido en gritos y Pablo gozaba mirándome así sometido.
    
    -¿Quieres polla precioso? ¿Deseas que te destroce el culo?
    
    -¡Sí, si! Rómpemelo, no tengas piedad, me gusta, me gusta mucho Pablo. -gemía, gritaba, y movía el culo incitándole a que de una vez me hiciera suyo.
    
    -Eres una nenita preciosa. -me azotaba el culo con la verga sin terminar de meterla.
    
    -¡Sí, soy tu nena! Pero no me hagas sufrir más, dame verga por favor, por favor Pablo. -lloriqueaba implorando mientras él se reía y me atormentaba volviendo a besarme el ano y a chuparlo hasta que metió dos dedos y comenzó a follarme con ellos.
    
    -¡Ayyy! qué rico, méteme la mano entera, necesito que me llenes. -entonces me atendió, y me empujo de las caderas buscando el mejor ángulo para que su verga entrara en mi culo. Mi ano ansioso se abría y cerraba, en espera de que aquella enorme y negra culebra lo mordiera.
    
    Comenzó a entrar, y se detuvo cuando el glande consiguió vencer la poca resistencia que mi esfínter le oponía, y fui yo quien me clavé la polla tirando el cuerpo hacia ...
    ... atrás, hasta sentir el ligero dolor de la verga al llegar al fondo de mis entrañas. Respiré boqueando una gran cantidad de aire y me dejé caer con el pecho sobre la cama pero sin apartarme de él para que no se saliera la polla.
    
    -¡Ahh! Pablo, tu rica verga, la siendo amor, me llega al fondo.
    
    La verga de Pablo me había penetrado en el primer empujón obligándome a gritar por el pequeño dolor que experimente y por sentirme tan lleno de repente.
    
    Tiró de mi para que elevara el pecho y se posó sobre mi espalda sin dejar de empujar para que la polla se le mantuviera bien dentro. Comenzó a besarme la espalda hasta pasar las manos y sujetarme el pene que lo tenía dolorosamente duro.
    
    -Lo siento bebé no he podido contenerme, ¿te duele?
    
    -No pero no te muevas un momento. -Pablo descansó apoyando el pecho sobre mi espalda y llegaba con la boca a mi cuello para morderlo con suavidad y besarlo para que me calmara.
    
    En unos minutos no sentía dolor alguno y solamente el placer de notar la dureza de su pene taponándome el culo.
    
    -Puedes moverte. -a la vez que le hablaba movía yo mismo las caderas haciendo que la verga se adaptara perfectamente a mi recto. Metí la mano por debajo para sujetarlo los huevos duros y grandes contra los míos.
    
    -¡Ayy! chiquillo, tu culito es delicioso. -lo cerré con fuerza alrededor de su polla agradeciéndole sus palabras.
    
    -¡Ohh Pablo! dame verga amor, quiero sentir tu polla como me entra. -los dos gemíamos, él con sonidos roncos de macho cada vez ...
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