1. La madre de mi amigo (1)


    Fecha: 06/09/2018, Categorías: Gays Autor: Storyteller98, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojo.
    
    - ¿pero, pero que hay de su marido?
    
    - ¿Que hay con él? La verdad es que nada, sólo sabe acabar en 5 minutos y dejarme toda cachonda.
    
    - Yo entiendo, creo que si usted lo quiere...
    
    - Y tú también lo quieres, no te hagas el inocente.
    
    Una sonrisa se dibujó en mis labios.
    
    Ella se acercó más a mí y colocó su mano en mi pierna derecha, mientras con sus labios besaba mi cuello, sus finos labios acompañados de su lengua me volvían loco y en medio ya tenía la verga bien parada.
    
    Ella no dudó en agarrarla a través de la tela.
    
    - Parece grande, ¿Cuánto mide? -me preguntó mirándome frente a frente.
    
    - No lo sé, unos 26 cm, creo.
    
    - Me muero por probarlos, es enorme.
    
    Sin contenerme más, me fui directo a sus labios, los cuales comí con ganas, los chupe y mordí con delicadeza y pasión.
    
    Hice caer su toalla y al ver esas enormes tetas, puse mis manos en ellas para sentirlas y apretarlas, sus pezones estaban duros, así que les di mi atención jalando y apretando.
    
    Mi lengua se fue a su oreja la cual lamí hasta el cansancio.
    
    Sus tetas me traían loco, así que fueron mi siguiente objetivo, intenté meterme una de ellas lo que más pude en la boca, luego le di atención especial a su pezón, el cual era duro y carnoso, mientras me iba al otro pezón le hacía caricias en su estómago y en sus rollitos, los cuales fui besando lentamente para disfrutarlos, esa piel morena me tenía al cien.
    
    Cuando por fin llegué a la entre pierna de Helga, me sentí un poco ...
    ... nervioso pero más excitado aún.
    
    Lo primero que sentí fue su espeso pelo púbico, en el cual sumergí mi nariz y respire revitalizándome a mí y a mi verga.
    
    Ella abrió más sus piernas y las subió al mueble dejándome a la vista su chocho y su culito.
    
    Yo comencé a llenarla de besos y de caricias en su zona, luego abrí un poco sus labios y le di una larga lamida, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, lento, rápido y más lento.
    
    -Mmm, que rico, mmm, que bien lo haces niño.
    
    Después de unos segundos, llevé mis dedos, índice y medio a su boca para que los chupara bien, y por último meterlos en su profundo y gordo chocho.
    
    Los metía y sacaba lento mientras le hacía caricias en su clítoris, un poco después me dediqué a chuparle ese botoncito de amor, que estaba bien sabroso.
    
    Ella se estremecía levemente, mordía, lamía sus labios y pedía más.
    
    - Ay si, mmm dale así, mmmm siiiiii.
    
    Con mi mano disponible, le acaricie uno de sus pechos que reposaba en su vientre, mientras aumentaba el ritmo de mis dedos, también lo hacían mis lamidas y mis jaladas de su pezón.
    
    Ella solo hundía más mi cabeza en su chocho con sus manos y gemía con fuerza.
    
    - Aaaaah Aaaaah, me vasss a hacer correr, Aaaaah sii Muchachito asiiiii.
    
    En unos minutos se vino en un gran orgasmo y sus jugos llenaron mis dedos y parte de mi mano, ella gemía tratando de recuperar el aliento.
    
    - Que rico, ay Javier, qué bueno.
    
    - Hice lo mejor que pude.
    
    - Fue excelente, dijo acariciando mi cabeza. ...