1. La madre de mi amigo (1)


    Fecha: 06/09/2018, Categorías: Gays Autor: Storyteller98, Fuente: CuentoRelatos

    ... Francisco.
    
    Sin nada más que observar en aquella sala, me aburrí en un parpadeo y unos minutos más tarde decidí que tenía sed. Entonces caminé a través de la sala, pasando por el cuarto de baño, su puerta estaba cerrada, así que supuse que estaba la señora Helga dentro todavía y llegando a la cocina, tomé un vaso de vidrio y lo llené de agua fría.
    
    Mientras iba de vuelta a la sala escuché un pequeño llanto, examiné mis alrededores, pero no se escuchó nada, cuando me dispuse a seguir mi camino, escuché un suspiro, fui a la cocina, bebí el agua y dejé el vaso en su lugar, justo cuando pasaba silenciosamente por la puerta del baño escuché lo que estaba buscando.
    
    - Aaaah, mmm, mmm.
    
    Mis sentidos se despertaron en un segundo, y pude determinar de inmediato que aquellos "quejidos" provenían del baño.
    
    Me acerqué con mucha calma, pero aterrado y pegué mi oído a la puerta.
    
    - Mmmm, mmmmm oh sí.
    
    Sin duda era la señora Helga, vaya parece que lo estaba pasando bien, mi pene se despertó en seguida, y quiso unirse a esa fiesta, comencé a acariciarlo por encima de mis shorts.
    
    La curiosidad y la lujuria se apoderaban de mí, yo necesitaba ver ese espectáculo, así que hice el intento a través de la perilla de la puerta, pero no podía observar nada, mi verga estaba bien dura, y ya luchaba para escapar de mis boxers, pero la mantuve allí mientras buscaba una manera de obtener una mejor vista.
    
    Después de varios minutos de buscar "agujeritos" en esa gruesa puerta de ...
    ... madera, me resigné y sencillamente me saqué la verga de mis boxers y comencé a jalarle, de arriba hacia abajo, me escupí un poco la mano, para darle mejor fluidez a mis movimientos, en mi cabeza era el interior del chocho de Helga el que me apretaba mi polla, con sus ricas paredes vaginales.
    
    Cerré mis ojos y me perdí en ese sueño, hasta podía escuchar a Helga.
    
    - Si, mmmm, aaaaah.
    
    Y de repente la perilla de la puerta se movió, dejando que la puerta se moviera, yo casi me desmayo y entre mi gran susto, solo alcancé a meter mi polla en mi short.
    
    Aunque no quisiera Helga me había pillado y la tenía de frente, sus ojos expresaban sorpresa y tal vez decepción.
    
    - Javier, pero ¿Qué haces?
    
    - Eh, eeh, yo lo siento señora
    
    - Muchachito, andabas bien empalmado, quien lo diría, con lo calladito que eres.
    
    - Perdón, es que la escuché sin querer y...
    
    - Bueno bueno ya cálmate si -dijo riendo-. Se te fue el color de la cara.
    
    Yo sólo tomé una bocanada de aire, y traté de relajarme.
    
    Ella me llevó al sofá del cual, nunca debí levantarme y se sentó a mi lado.
    
    - De verdad, perdóneme
    
    - Ay muchachito, la verdad es que me haces gracia, si lo que te preocupa es que diga lo que has hecho a tu madre, no lo haré.
    
    - Muchas gracias, enserio -dije aliviado.
    
    - Eso sí, deberás ayudarme.
    
    - ¿Ayudarla?
    
    - Pues sí, como te diste cuenta, estaba bien cachonda allá dentro, y cómo se nota que te gusta lo que ves, creo que deberíamos hacernos ese favor -dijo guiñándome el ...