1. Piel de melocotón


    Fecha: 29/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estantería, y abriéndolo, pude deleitarme con su imagen maravillosa, con disimulo.
    
    El dulce olor de la tinta y de las hojas nuevas, se mezclaron con el aroma de su pequeño cuerpecito moreno. La pude mirar de arriba abajo, detalladamente, era como un sueño. Como deseaba poder desprenderle de la ropa lentamente. Arrodillado, quitándole el mono vaquero mientras ella me mira desde arriba, con una media sonrisa. Como deseaba poder quitarle el sujetador, y las braguitas (o llevaría tanga), sentir la piel joven y tersa en la yemas de los dedos. Como deseaba poder acercar mi nariz a ese par de nalgas, duras y redondas. De pronto me percate de algo que hizo que casi me desmayara. Desde los hombros hasta casi las muñecas, una de ellas con un reloj y la otra con unas pulseras de colores chillones; una fina capa de pelitos de un color rubio los cubría por completo. En su cintura también tenía y eran más cortos y rubios. Creí que me volvía loco, si ella ya era una debilidad, ese vello rubio lo eran aun más. Imagine como pasaba la lengua, la nariz, el rostro, todo mi ser por ellos. Si solo los hubiera podido tocar una vez, iría al infierno con una gran sonrisa en la cara.
    
    Estaba tan ensimismado mirándole los brazos, que no me di cuenta de que ella tanbien me estaba mirando por el rabillo del ojo. En una décima de segundo, nuestras miradas se cruzaron. Aparté rápidamente la mirada e intente mostrar una actitud calmada. Pero, inexplicablemente, no me moví de donde estaba. Mi cuerpo ...
    ... estaba paralizado, como si las suelas de mis zapatos se hubieran fundido al suelo. Pequeñas gotas de sudor bajaban desde mi nuca hasta mi espalda. Siempre había sido cuidadoso, no intentar llamar mucho la atención, que el objetivo de estudio ni supiera de mi existencia, pero, ella, me había visto y yo no pude evitar cometer un error, pues ella representaba todo lo que para mi era los mas apetitoso, deseado, codiciado.
    
    Deje el libro que estaba “ojeando”, y cogí otro. En los segundos que duró coger el libro, abrirlo y disimular, pude ver que ella no había dejado de mirarme. Empecé a tener un poco de miedo. Una paranoia invadió mi mente. Creía que de un momento a otro ella llamaría a sus amigas y me denunciaría por mirón. Estaba realmente acojonado.
    
    Con un nudo en la garganta, volví a dirigir la mirada hacía ella. Ya no estaba. El miedo se hizo intenso en la zona baja de mi espalda. Gire la cabeza lentamente hacia la derecha, como buscando algún libro. Cuando miré hacia el adelante, estaba enfrente de mi, mirándome con una media sonrisa. Me quede sorprendido, pues no apartaba la vista de mí. Note como mi entrepierna ardía. Su media sonrisa era deliciosa. Jamas me había sucedido una cosa así, parecía un sueño. Ella le dijo algo al oído a una de sus amigas y se dirigió de camino al baño. Antes de eso, se paro delante del ascensor, el baño estaba en la planta baja. Se giro lentamente y volviendo a producir en su cara la deliciosa media sonrisa, me guiño un ojo. Después de eso, ...
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