1. La mujer de mi primo Andrés


    Fecha: 28/07/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... la folló con su culo.
    
    -¡Muévela alrededor, inútil!
    
    Me dio dos cachetes en la cara e hice lo que me mandó.
    
    -¡¿A qué esperas para magrear mis tetas y darle cachetes, vago?!
    
    Con mi lengua follando su culo, magreando sus tetas y dándole cachetes en ellas, me dijo:
    
    -¡Aprieta mis pezones, cabrón!
    
    Estaba desatada. Me volvió a abofetear, ahora con más fuerza.
    
    Le apreté los pezones con mis dedos. Le tenía que doler pero lo que hacía era gemir de placer. Me puso el coño en la boca, y me dijo:
    
    -¡Echa la lengua fuera, siervo!
    
    Eché la lengua fuera y la metió dentro de su vagina, después movió el culo alrededor, hacia los lados y de delante hacía atrás. Sus gemidos me estaban poniendo como una moto. Mi polla dura como el acero estaba más sola que la una. Quise menearla y me dio otros dos bofetones.
    
    -¡Tus manos son sólo para mí, pajillero!
    
    -Es que...
    
    -¡Calla o te meo en la boca, cabrito!
    
    -Mea...
    
    Me amenazó.
    
    -¡No me tientes que lo hago!
    
    La reté.
    
    -Cobarde.
    
    Se rajó, y se rajó porque en aquel momento no tenía ganas de orinar. ¡Si lo sabré yo!
    
    Me volvió a callar poniéndome el coño en la boca.
    
    -¡Lame, desgraciado!
    
    No me dejaba ni lamer, enterraba mi lengua en su ano y en su coño, que ya chorreaba.
    
    -¿Te gustaría darme por culo, maricón?
    
    Me puso el culo en la cara y no me dejó hablar, ni hablar ni respirar, menos mal que lo quitó enseguida y lo llevó a la altura de la verga. La puso en la entrada del ojete, y me ...
    ... dijo:
    
    -¡Métela de un golpe, mamón!
    
    El ano ya lo tenía engrasado con mi saliva. El ojete se abría y se cerraba sintiendo la cabeza de mi polla sobre él. Se la clavé de un golpe de riñón. Úrsula, exclamó:
    
    -¡Me has roto el culo, animal!
    
    Le había entrado con tanta facilidad que lo de la rotura era comedia. Le comencé a follar el culo con suavidad.
    
    -¡¿Disfrutas, mariconazo?!
    
    -¿Y tú?
    
    Me volvió a abofetear y después me puso la teta derecha en la boca.
    
    -¡Come y calla, cagarruta!
    
    Le comí las dos tetas.
    
    -¡Muérdeme los pezones, hijo puta!
    
    Se los mordí con ganas. ¡Le encantaba sentir dolor!
    
    -¡Hooostias! ¡Qué bien lo haces, lobo!! ¡Me voy a correr como una perra!
    
    Su coño ya hacía tiempo que echaba por fuera. Comenzó a follarme a toda hostia. Poco después, se le acabaron las dotes de actriz, al decir:
    
    -¡Me cooorro!
    
    Otra vez desbordó en cascada, encharcándolo todo, y otra vez se desmayó. No sé qué le pasaba que al tener un orgasmo anal se me iba.
    
    Le quité la polla del culo, se la metí en el coño, le di la vuelta y la desperté a vergazo limpio. Al abrir los ojos, le pregunté:
    
    -¿Quieres que te vuelva a llenar el coño?
    
    -Llena, y mírame a los ojos cuando te corras.
    
    Le di caña fina. Unos minutos más tarde se corrió otra vez desbordando como un río. Se estaba corriendo cuando me empecé a correr yo. Le dije:
    
    -Mira como me corro.
    
    Úrsula, no me miró. Estaba volando por su mundo de fantasía.
    
    Vivimos una aventura que duró tres meses. Cuando su marido ...
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